Recuerdo
que en cuando estaba en el Colegio La Sagrada Familia, de tercero a sexto
grado, estudiamos con el método personalizado.
Cada 15 días teníamos que llevar un reporte con la nota de la quincena. Pues
cuando estaba en 5º grado en una ocasión había sacado solo 5 y 6 y me sentía
avergonzada de mostrarla a mi mami y a mi papi. Decidí, una maravillosa idea,
según yo: calcar la firma de mi papá.
Como a eso de las 7 de la noche, mi papá y mi hermano Carlos estaban en la sala. Me afligí al ver que mi padre tenía el reporte y mis clases con la firma falsificada. Ufff que sensación más horrible, me sentí tan chiquita, tan avergonzada. Pero mi papá en vez de regañarme y castigarme le dijo a Carlos que se fuera y se puso a conversar conmigo.