
Uno de los hechos que más han marcado mi vida, fue sin duda el asesinato de mi padre, Carlos Antonio Herrera Rebollo, cuando fungía como Ministro de Educación entre los años junio 1977 y mayo 1979.
A
 los 13 años, mi padre era mi amigo, mi héroe, mi defensor, el que 
cantaba por las tardes con su guitarra, el que contaba y actuaba los 
chistes y quien siempre me escuchaba, me regañaba con amor, etc.
Un
 miércoles 23 de mayo antes de irme al colegio, le pedí como todas las 
mañana "una peseta",  (así le decían a las monedas de 25 ctvs. de colón), me la dio dándome un beso en la frente.  Recuerdo 
que estaba sentado en un sillón de la sala, y esperaba al motorista, don
 Fabio Rivas.  Le pregunté que porque se iba tan temprano ese día. Creo 
que era antes de las 7 am.  y me contestó que tenía muchas cosas que hacer y 
una reunión con personas importantes, en su despacho ministerial.
Aun
 recuerdo su semblante sereno, pensativo, quizás triste, como lo veía 
desde un mes atrás. Yo feliz con mi peseta, que decidí guardar pues 
estaba ahorrando todas las pesetas, así es que me fui al colegio sin 
dinero para comprar en los recreos, sin imaginar que era la última vez 
que vería a mi padre y que era el último beso y la última 
peseta que me daba, por cierto, esa moneda la mandé hacer como "dije", pero unos meses después lo perdí en el rancho del mar.
Ese día, no recuerdo por que razón,
 yo tenía una cita para hablar con la Madre Superiora.  Me imagino que 
por mi buen comportamiento en esos primeros meses (jajajjaj nada que me 
había propuesto portarme mal para que me echaran del colegio).   Cuando 
llegué me senté en la sala de espera, y de repente, llegó  mi hermana 
Ana Celina. Y pensé : ¿por que la llamaron? si no he hecho nada grave.  
Al rato llegó, si no mal recuerdo, mi tía Chusita, que daba clases allí.
Entramos
 a la dirección y Sor Scarlietti (o como se escriba) comenzó a hablar. 
Juro que no entendía porque hablaba de esa forma, pidiéndonos que 
tuviéramos calma, y no se que más.  De repente nos dijo que mi papá 
había tenido un accidente y que mi tía nos llevaría a la casa.  Yo 
comencé a llorar, y a llorar y le decía a Dios: ¿por quéeeeeeeeeeee? si 
yo te pedí que lo cuidaras.  Ana Celina lloraba.  Todas lloramos!  Eran 
pasadas las 8:30 am.  Al llegar encontramos gente de negro, blanco, 
gris.... gente de todo tipo, como siempre había en la casa. todos 
lloraban y entendí que mi padre había muerto.  Vi a mi mami en su 
cuarto, llorando desgarradoramente.  No recuerdo si nos abrazó, pero 
creo que no lo hizo, solo trato de mostrarse fuerte y en control.
Casi
 de inmediato mi mami, trato de calmarse, y alguien nos dio una 
pastilla.  Era una pesadilla, todo era dolor, gritos de lamento, era 
horrible el panorama.
Fueron días que parecieron 
meses.  En el velorio que se desarrolló en la Casa Comunal de la 
colonia, (la que mi padre, cuando fue alcalde había mandado a 
construir), desfilaban tantas personas.  Su motorista y amigo, Fabio 
Rivas, fue velado allí al lado de mi padre. Nunca voy a olvidar ese beso
 en su frente, estando en el ataúd.
Recuerdo que nos dijeron que 
debíamos vestir de color verde, porque mi padre lo había pedido, 
mostrando que él era un demócrata y un cristiano.  Eso quedo marcado en 
mi mente.
Al entierro fueron miles de personas... 
recuerdo que caminaban a un lado y otro de la calle hasta llegar al 
Cementerio General.  Allí mi mami y mis hermanos y yo  estábamos 
regados. No recuerdo que estuviéramos juntos.  Los mariachis sonaban con
 la canción El ausente, El Rey y las Golondrinas.
Cierro mis ojos
 y recuerdo a mis primos, tíos, señoras de los mercados, a algunos del 
gabinete de Gobierno. En fin, a mucha gente que amaba y respetaba a mi 
papi. Y mis amigas de la Sagrada Familia que estuvieron conmigo en esos 
días, son inolvidables y las  he llevado en mi corazón.
Cuando 
metieron el ataúd en la cripta y empezaron a tirar la tierra sentí que 
se llevaban a lo más grande de mi vida..... a mi héroe a mi padre.
Fue
 hasta uno o dos días después de su muerte que nos enteramos por la 
televisión que mi papá había sido acribillado presuntamente  por un 
comando urbano de las FPL.  Había recibido ráfagas de disparos, su 
camioneta destruida por las balas, su motorista muerto en el asiento 
delantero y él en el asiento de atrás acribillado.  La emboscada fue en 
esa calle que era conocida como la "Calle la culebra" frente a las 
bombas del ISSS. (hoy en la esquina opuesta de la Univ. Alberto 
Masferrer sobre la Juan Pablo II). Que por cierto cada vez que paso por 
ella, no puedo evitar recordar la foto de la cherokee verde en la que él
 iba.
Fue impactante para mi, y me preguntaba: ¿por qué
 si mi padre era bueno y ayudaba a la gente necesitada?. ¿por qué si el 
buscaba el bien del país, de los maestros, de todos?, ¿por qué mataban 
al que la gente ya empezaba a proclamar como el próximo presidente?  
Nunca hubo respuesta. Nadie la tenía, nadie entendía.
Creo
 que  mi familia nuclear quedo allí. Cada quien comenzó por su lado. Mi 
madre de apenas 42 años, con cinco hijos de 5 a 17 años, sumida en 
depresión, tratando de ser fuerte y salir adelante por nosotros.  En 
esos días, Ana Celina se fue a vivir a la casa de los Burgos, Carlos se 
fue donde mi tío Oscar, pero Maritza, Susy y yo nos quedamos en la casa.
 Mi abuelita Mina, siempre cerca de nosotros.  Yo prácticamente me 
acerque a Susy y Maritza con sus cosas y amistades.  No entendía porque 
los sentía tan alejados a todos, y yo necesitaba un abrazo una palabra 
de aliento.
Un día la Sra. de Ester de Ayala, quien 
era la secretaria de mi padre, contó que mi padre había aceptado a 
Cristo, como un mes antes de morir.  Relató como un día, el hno. Juan 
Bueno, había visitado su oficina y le  habia compartido de Jesús.  Como 
eramos católicos, nos molestamos y dijimos que mi papi no podía haber 
traicionado su religión.  Así es que yo ya no quise ir a los momentos de
 oración que había en la casa.
Pasaron los años, y 
llegaron a mis oídos otras teorías no comprobables, de quien había 
matado a mi padre.  Entré a la Universidad, y mi propósito era estudiar 
Relaciones Internacionales, porque me gustaba, pero también pensaba que 
 un día, tendría la oportunidad de tener poder político y buscar a los 
verdaderos asesinos de mi padre y que pagaran por eso. Confieso que tuve
 mucho resentimiento en mi corazón.
Ana Celina aceptó a Jesús en 
su corazón en el 81, si no mal recuerdo, y ella comenzó a dar amor, 
aunque fue rechazada al principio por su nueva religión, su amor, 
constancia y oración fue permeando nuestras vidas.  Un día 14 de julio 
del 85 yo recibí a Jesús y mi vida comenzó a cambiar, sobre todo a 
perdonar.
Durante muchos años, cada 23 de mayo yo entraba en una 
depresión y tristeza profunda.  Estuviera donde estuviera, yo lloraba 
por dolor.  En los momentos más importantes de mi vida, no contaba con 
él.
Pero no fue algo de la noche a la mañana. Fue un 
proceso que duro varios años. Al hacerme cristiana , si se fue el deseo 
de venganza, pero el dolor de haber perdido a mi padre no se iba. Aun 
había resentimiento.
No fue hasta el año 2004 cuando fui a un 
retiro, que Dios tocó mi corazón y me hizo reconocer que aun no había 
perdonado, aún dolía su ausencia y la forma en que lo asesinaron.   Ese 
día le dije que perdonaba a quien haya sido, y que en mi corazón no 
albergaría odio ni rencor contra nadie.  Sentí que mi vida se liberó por
 completo.
Hasta ese día, jamás había tenido contacto con gente mencionadas en las tres versiones que me habían contando.
Pero
 sentía y creía que ya no importaba quien lo mató, pues yo estaba 
perdonando por completo. Logré interiorizar que no debía tener rencor, 
porque era lo que dañaba mi vida, aun afectando mis relaciones 
interpersonales. Y no valía la pena albergar odio contra alguien que me 
daño y que no se quien fue. Muchos decían también que habían sido los de
 un grupo del PDC, otros me aseguraron que fueron los Escuadrones de la 
muerte.   Lo que si se es que no hubo una bandera, solo una emisora de 
radio dijo que habían sido los de la FPL y esa versión fue tomada como 
cierta.   Pudo haber sido Cayetano Carpio en venganza por la muerte de 
su hija, pudo haber sido la derecha de entonces, al considerar que en el
 gobierno de entonces había un "infiltrado aliado de la gente 
necesitada" y aun sus enemigos políticos, para evitar que un día fuera 
presidente. Pero quien haya sido, ya había dado o daría cuenta ante la 
Justicia de Dios, que jamás falla.  Decidí obedecer a Dios y perdonar.
De
 alguna forma pienso que Dios fue moviéndome de mi casa con un 
propósito.  En el 2005 nos fuimos a vivir a Nejapa, junto a Saúl, mi ex 
esposo.  Y no fue hasta en el 2007 que involucrada en la Directiva de la
 colonia, conocí a gente que estuvo en grupos guerrilleros y en especial
 a gente de las ex FPL.   Fue impactante, pues me sentía nerviosa, y al 
hablar con una señora, me contó muchas experiencias vividas en esa 
zona.  Historias de muertes de civiles por parte del ejercito.  NO 
recuerdo si ella o alguien conocida de ella, vio como mataron a su 
familia y como violaron a otras personas, salvándose de eso, siendo ella
 una niña.  El oír eso de primera mano, me hizo pensar: yo sufrí, mi 
familia sufrió y fue marcada por la muerte de mi papi, pero bendito sea 
Dios, que no fuimos violadas, secuestradas, aun teníamos a mi mami.... 
entendí más que nunca, que la guerra no solo nos había marcado a 
nosotros.  Es decir, si lo sabía intelectualmente, pero en mi corazón no
 lo había asimilado.
Estos primeros contactos con gente
 ex guerrillera, me hicieron ver que en mi corazón ya no había rencor ni
 odio para nadie.  Y comprendí que tanto ellos, sus familias y otras 
personas no involucradas directamente, como nosotros eramos humanos que 
sufrimos por una guerra que no debió darse y que trajo tanto dolor a 
nuestra patria. Realmente conocerles trajo liberación a mi alma.  Fue 
impactante oír de alguno de ellos, decir que mientras estaban en las 
montañas, nunca entendieron por qué razón  o quien lo había asesinado,  
pues lo consideraban el mejor elemento del gobierno de turno y como 
alguien que si estaba luchando por el bienestar del pueblo, desde su 
posición.
Recuerdo que  un día con mi mami vimos a un 
ex guerrillero de las FPL, predicando en la tele, yo le pedí a Dios que 
me pusiera cerca de quienes habían matado a mi papi.
Pasaron unos
 dos años, y Dios me llevó al mundo de la política... y allí he tenido 
contacto aun con esas personas que también habían sido señaladas como 
los posibles autores del asesinato de mi padre.
Siempre analice 
que las 3 opciones eran razonables-  Pero ahora ya no importa quien fue.
 En mi corazón hubo perdón de verdad. He podido comprobar que Dios si 
trajo perdón a mi  corazón, y aunque nadie pida perdón por esa muerte, 
yo , ya he  perdonado.  Se que hay mucha gente que no me entiende y 
hasta se ha enojado conmigo e insultado, pero, ni yo me entiendo, solo 
se que el amor de Dios fue que hizo que en mi corazón haya un verdadero 
perdón y no guarde más rencor.
Este miércoles 23 de 
mayo se están cumpliendo 33 años de la muerte de mi padre y su 
motorista.  Sin duda, su muerte me causó dolor, pero su vida me da la 
pasión de tratar de imitarlo en su famosa frase: El amor de Dios, el
 amor a la patria y el respeto a las ideas de los hombres, es el único 
camino para construir una sociedad más justa y más humana.
Solo
 el amor de Dios hizo que mi familia saliera adelante. El fue nuestro 
padre y el esposo de mi madre. Y pudimos ver su provisión en todo. Jamás
 nos faltó nada, jamás nos fuimos de nuestro país porque mi mami 
confiaba en su cuidado divino.  No recibimos grandes herencias, más que 
el legado de honradez y amor y servicio a su Patria, y el orgullo de 
caminar en cualquier lado con la cabeza en alto, pues nadie puede 
señalar o decir que mi padre fue corrupto o mala gente.
Fuimos
 creciendo y Dios nos fue llevando a sus pies uno a uno para  servirle 
con amor. Creo que si mi padre no hubiera muerto entonces, hoy nosotros 
no serviríamos a Nuestro Padre celestial.
¡Dios fue 
nuestro amparo y fortaleza! y en mi caso, liberada de todo odio, Dios me
 llevó a la política para servirle allí, e imitar a mi padre, quien fue 
un cristiano de verdad y un verdadero practicante de la democracia.
¡Gracias
 Dios por la vida de mi papi! Gracias porque ha sido un ejemplo como  
hombre, amigo, esposo, padre, hermano, político y como un hijo y 
servidor tuyo.
¡Gracias por bendecirme con su vida! y por su muerte! pues ambas fueron una semilla para la democracia en nuestro país.
¡Gracias
 Dios por los valores que mi papá nos enseñó en vida! Valores como el 
amo a Dios, a la patria, a la gente, la solidaridad, honestidad, 
servicio, sacrificio, amistad, alegría, opción por los necesitados, 
respeto a todos sin distinción de clase social, y otros semejantes.
¡Gracias
 porque a pesar de los temores  e incertidumbre que en mi vida ocasionó 
su partida, Tú me diste aliento para salir adelante con fuerza y valor 
en el camino que me has trazado!
¡Gracias porque cuando me sentía sola y abandonada, Tú me mostrabas de muchas formas que estabas conmigo!
¡Gracias
 por la madre que me diste! pues solo con tu ayuda  y por su carácter de
 gran mujer, pudo salir adelante con 5 hijos a los que ha defendido como
 fiera, con amor y abnegación!
Bendito seas Dios!
Alicia Herrera Rebollo
22 de mayo de 2012.
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Alicia: Desde El Salvador al mundo: ¡Murió mi héroe! ¡murió mi papá!
Carlos: Desde El Salvador al mundo: Carta a quien asesinó a mi padre