El perdón es posible

 

Nunca he querido escribir acerca de lo que realmente he sentido durante estos 34 años desde que mi padre fue asesinado... Al escuchar lo que mis familiares y conocidos dicen acerca de quien fue mi padre.... Al recordar el dolor que mi familia sentimos ese día en que mi padre partió a la presencia de Dios... AL pensar en que también he sido testigo de cómo el AMOR DE DIOS cubrió nuestros corazones para poder perdonar a aquellos que nos hicieron daño... vienen a mi memoria aquellas tardes en el jardín de mi casa, cuando me subía al árbol de guayaba y me quedaba sentada en una rama fuerte que me sostenía y me quedaba pensando por largo rato: " ¿Cómo sería si mi padre viviera?"... y así pasaron los años... entre llanto, y otras veces entre sonrisas y rodeada de cuidados y amor por mi familia en aquellos años en que se respiraba la GUERRA en mi país... A veces veo atrás y recuerdo muchas cosas que dan nostalgia. Sé que nuestra familia ha sido escogida por Dios para mostrarnos GRANDES COSAS a través de situaciones difíciles... Pasaban los años y al llegar a mi adolescencia el milagro más grande sucedió en mi vida. Cristo llegó a mi corazón y llenó el vacío que la muerte de mi padre había dejado... Desde entonces pude, día a día, palpar el gran AMOR DE MI DIOS, porque Él se reveló a mí de una manera

PERSONAL como mi PADRE ETERNO, mi SUSTENTADOR y mi Dios PERDONADOR.... 

Al comenzar a leer las Escrituras ( la Biblia), una de las historias que más me ha impactado, es la historia de José en Génesis 37 al 50... y tal vez la recordarán algunos, otros quizá no la conocen, pero ese chico que vivió hace miles de años nos dejó una gran lección de PERDÓN... simplemente porque propuso en su corazón no fallarle a su Dios, que es mi Dios también... José fue humillado y despreciado por sus hermanos, y el mayor daño que recibió fue precisamente de parte de su propia familia... Fue vendido y llevado como esclavo a un lugar desconocido para él, estuvo en la cárcel, fue difamado y en todo eso... José no guardó rencor en su corazón... porque su corazón estaba lleno del temor a Dios y no quería fallarle... José, en su tiempo fue exaltado por Dios... pero aun cuando tuvo la oportunidad de "vengarse" de sus propios hermanos, desistió a la idea de cobrar venganza por sus propias manos... ¿por qué?... simplemente porque José temía a Dios... y aprendió a ver sus circunstancias desde la perspectiva de Dios y no la suya... 

Creo que me identifico tanto con José, porque durante estos años desde la muerte de mi padre, Dios me ha enseñado que debo ver esa situación desde su perspectiva y no la mía... No niego que hay momentos que me pregunto yo sola: "¿Cómo sería todo si mi padre estuviera? ¿Qué consejo me daría ahora que tengo mi propia familia? ¿Cómo sería como abuelo y como suegro? Me imagino a veces la visita de mi papá para consentirme tal vez y disfrutar de un buen tiempo... Pero nada de eso es realidad... lo que SÍ es realidad es que Dios, mi PADRE ETERNO está conmigo día a día, sosteniéndome en cualquier momento... entonces vuelvo a decir.... "En mi corazón no hay cabida para el rencor hacia aquellos que asesinaron a mi padre"... porque ellos recibirán lo que merecen delante de Dios... y yo, desde aquel día que mi padre partió.... sólo he recibido BENDICIONES, AMOR y PERDÓN... y he podido palpar la PRESENCIA DE MI DIOS DIA CON DIA hasta hoy.... Yo... quiero imitar el ejemplo de aquel muchacho, José, que propuso en su corazón no llenarse de odio, sino ser un ejemplo VIVO de perdón porque vio sus circunstancias desde la perspectiva de su DIOS... (Me quedo muy corta al expresar todo lo que desearía decir... pero sólo quiero enfatizar... que es a través del PERDÓN DE CRISTO que podemos también PERDONAR a quienes nos hacen daño...)

  

Susy Elizabeth Herrera Rebollo

29 de octubre de 2014

Vea también los testimonios de:

Ana Celina: Desde El Salvador al mundo: ¿Quién ha causado terror en tu vida?

Alicia:  Desde El Salvador al mundo: ¡Murió mi héroe! ¡murió mi papá!

Carlos: Desde El Salvador al mundo: Carta a quien asesinó a mi padre

Susy: Desde El Salvador al mundo: El perdón es posible