
Navegaba en esos mares
de la razón, el alma y el corazón,
una barca casi a la deriva.
Boga en busca de una voz,
mas solo encuentra ecos,
remolinos, de lo que parecía ser
de lo que pudo ser
un gran amor.
Caminaba en laberintos,
entre sombras y destellos,
se vislumbra como en sueño,
unas velas que jamás
su luz encendieron,
para iluminar, alimentar,
la pasión, el éxtasis,
el amor.
Viajaba a lo profundo del mar,
y al basto espacio,
en un viaje sin tiempo,
a lo lejos se divisan
dos estrellas.
Se acercan, se alejan,
algo evita
su encuentro.
Entre océanos profundos,
dimensiones desconocidas del
basto universo,
parajes de ensueños terrenales,
se divisan almas, corazones,
que amar anhelan,
mas en algunas, las huellas del tiempo,
les impide amar desde adentro.
Alicia Herrera Rebollo
20 de febrero de 2014