Después de
leer el artículo “How Do You Know When You’re Ready to Get Married”, escrito
por Jamie Calloway-Hanauer[1] y pensando en muchas personas conocidas o
conocidas de mis amistades re casándose después de divorcios y de quedar
viudos/as, se escogió este tema, pero se hizo la adición para especificar que
nos referiremos en este ensayo a nuevos casamientos después de un divorcio o
viudez.
Al
comenzar a investigar sobre el tema, encontré que no hay muchos artículos
serios que traten el tema profundamente, sino solo sugerencias sin ahondar en
cada punto. Así es que sin pretender que este sea la respuesta ideal, se tocará
diversos aspectos que deberían tomarse en cuenta antes de emprender una nueva
relación que lleve a un matrimonio.
El presente trabajo se desarrollará bajo cuatro aspectos importantes: El proceso de duelo en el divorcio y viudez, casamiento después de un divorcio, casamiento después de enviudar, en cada subtema, se ofrecerá consideraciones propias y algunas recomendaciones, para al final llegar a Conclusiones generales.
Divorcio y viudez son procesos de duelo
Debemos
entender que tanto el divorcio y quedarse viudo o viuda representan un proceso
de duelo, y para ponernos a tono, definiremos que es esto. En una de las
acepciones, el duelo es definido por la Real Academia Española como
“demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la
muerte de alguien”[2], sin embargo, una mejor y apropiada definición
de la palabra lo establecen los psicólogos y entendidos de los procesos del
duelo, quienes lo definen sencillamente como “Un proceso de
adaptación emocional en respuesta a cualquier pérdida”[3]. El Trauma Healing Institute afirma que duelo
es “Es sentir profundo dolor por la pérdida de alguien o algo importante”[4].
Al tener
estos conceptos a la vida, debemos aclarar que el duelo no es un solo evento,
sino un proceso por el que pasa la persona que ha sufrido una perdida, en este
caso los divorciados y los viudos. Este proceso de duelo es explicado de
una manera sencilla por los del ministerio de Grupos de Sanidad de heridas del
corazón, en el mismo folleto[5] antes citado, y vamos a intentar
plasmarlo. El duelo lleva tres etapas, después de la perdida, que pueden
durar meses y en algunas ocasiones hasta años: 1. Negación e ira,
2. Período sin esperanza, y 3. Nuevos comienzos. Es necesario pasar
por cada etapa, para sanar y superar la herida que deja la perdida. Sin
embargo, muchos no pasan por ese proceso, y optan por un puente falso desde su
pérdida hasta nuevos comienzos. El puente falso es una salida fácil y
corta que aparentemente hace que la persona esté bien. Sin embargo, con
el tiempo, el duelo se profundiza y vienen diferentes reacciones adversas y
negativas. También hay que considerar que una vez pasado el proceso del
duelo, puede haber un retroceso a los otros estados, pero sin quedarse
atrapado.
En una
observación general, se ha visto que tanto divorciados y viudos, optan por el
puente falso, y rápidamente establecen una nueva relación, ya sea de hecho o
llegando al matrimonio. Esto puede ser más doloroso no solo para
los que han sufrido la perdida sino también para la otra persona.
Viene a mi
mente un caso, de un hombre, cristiano, al que llamaremos Javier, que enviudó
hace unos años. Su esposa había sido su novia desde la adolescencia, y
llevaban un matrimonio de más de 35 años. No había pasado un año del
fallecimiento, entró en una relación de noviazgo con otra cristiana, por
cierto, muy parecida físicamente a su esposa fallecida. El poco tiempo
después se habían casado. Todos se mostraban felices de ese nuevo
matrimonio. Pasaron unos pocos años que terminaron en divorcio.
Javier manifestó que habían sido los peores tres años de su vida. No se
sabe a ciencia cierta que pasó en esa relación, pero por algunos comentarios en
Facebook él estaba describiendo que la violencia doméstica no solo era contra
la mujer sino también contra el hombre. Podríamos asumir muchas cosas, a
simple vista podemos afirmar que la nueva esposa fue violenta, pero podríamos
preguntarnos si ella no sufrió comparación con la esposa fallecida y otro tipo
de violencia, que la llevaron a hacer reclamos, pleitos, y cosas por el
estilo. En ese caso, no podemos juzgar lo que pasó, pero evidentemente
Javier no estaba listo para un nuevo matrimonio en tan poco tiempo después de
fallecida su esposa. A los dos años más o menos de haberse divorciado,
Javier ha vuelto a casarse con alguien diferente a sus dos matrimonios, llevan
aproximadamente un año. Sus amigos esperan que esta vez haya hecho algo
diferente y el matrimonio no sucumba a una falta de procesamiento de ambos
duelos.
No hace
falta profundizar mucho, pero es necesario que los divorciados y viudos pasen
por el proceso de duelo de una manera sana, antes de considerar un nuevo
matrimonio. Este sería el primer y principal paso antes de considerar
unas nuevas nupcias.
Casamiento después del divorcio
En este
apartado, debemos establecer que hay diferentes causas y finales después de un
divorcio. Hay parejas que se envolvieron en un círculo de violencia de
diversos tipos, y cada tipo requeriría un tratamiento diferente, también
debemos reconocer que unas parejas terminan en paz, y otras no pueden verse de
nuevo si no es con el pleito de por medio, lo que también requiere diferente
tratamiento para superar el divorcio. Algo que debemos considerar es que
hay un alto porcentaje de divorcios a nivel mundial, y la mayoría de los casos
los inicia la mujer porque sienten que el matrimonio las frena, pero en ningún
caso es fácil llevarlo a feliz término. Independientemente de los
números, los casos de divorcio son delicados en cualquier lugar, y dejan marcas
internas en quienes lo viven[6].
Por
cualquier causa de divorcio, hombre o mujer, antes de plantearse un nuevo
matrimonio debería preguntarse si realmente está listo o lista para una nueva
aventura. Expondremos algunas sugerencias, para saber que tomar en cuenta,
muchas de estas se encuentran en páginas de internet[7]-[8]:
1. Amor propio-autoestima. Por favor, esto es esencial, generalmente los divorcios dejan a los involucrados, a unos más que a otros con una mala autoestima, a veces casi destruida. Por lo que es importante trabajar en recuperar el amor hacia uno mismo y tener una mejor visión de lo que se quiere en la vida.
2. Sanar las heridas del corazón. Es necesario que las heridas que dejó la mala relación anterior sean sanadas. No deberías involucrarte con otra persona si aun hay dolor y mala relación con la anterior pareja. Incluso es importante hacer un buen autoanálisis y solventar cualquier trauma pasado desde la niñez. Lo mejor es buscar ayuda emocional, espiritual y profesional para tener un proceso de sanidad del corazón.
3. Tiempo prudencial. Es muy importante no involucrarte y mucho menos casarte cuando la separación o divorcio es muy reciente. No es recomendable iniciar una nueva relación en el proceso de divorcio o recién resuelto el divorcio. Muchas personas te dirán que salgas y conozcas nuevas amistades, lo que no es malo, pero no es para buscar una nueva pareja, esto puede ahondar más las heridas que tengas.
4. Soledad – ilusión – venganza - amor. ¿Te quieres volver a enamorar por soledad o por desquitarte de tu ex? ¿Quieres tener pareja para que te ayude con la crianza de tus hijos o por estereotipos sociales en cuanto al estado de divorciado? ¿O existe una real y sana relación con alguien?
5. Seguridad emocional. Debe haber una completa seguridad en lo que una nueva relación implica emocionalmente. ¿Hay seguridad en lo que sientes por la otra persona? ¿Hay amor o es solo una ilusión?
6. Compromiso real. ¿Existe realmente un compromiso en lo que implica una nueva relación matrimonial? Incluso debes pensar en que pasaría si esa relación no funciona, ¿Estarías en la disponibilidad de volver a pasar por lo mismo que pasaste anteriormente?
No
es fácil salir de un divorcio y sanar, así como no es fácil entrar en una nueva
relación, por eso se debe tener mucho cuidado para no volver a caer una y otra
vez en relaciones que nos hagan sufrir. Debemos tener una buena salud
mental y emocional antes y durante un nuevo matrimonio, para no sufrir ni hacer
sufrir a la otra persona, y más cuando hay hijos de por medio. Es
importante también elegir una nueva relación que tenga mucha compatibilidad en
aspectos que tú tengas como prioritarios en tu vida, a fin de no caer en los
mismos problemas anteriores. Ser selectivos, en otras palabras, no porque
haya muchos pretendientes, sino porque debemos saber seleccionar las cualidades
de la otra persona, y no hacerlo solo por atracción sexual o física.
Casamiento después de enviudar
Al igual que los divorcios, vemos situaciones difíciles en
la viudez. Unos pierden al gran amor de sus vidas, pero otros, al morir
el conyugue se sienten liberados porque no tenían la mejor relación, pero
siempre hay un duelo. No se va a ahondar en estos aspectos, sino en el
hecho de quedarse solo o sola, ya sea con hijos pequeños o ya adultos fuera de
casa. La soledad que pueden experimentar algunas personas viudas
puede ser difícil, y como se dijo anteriormente, deben sanar y pasar todo el
proceso de duelo.
Atravesar la viudez no es sencillo, y enfrentarse a una
nueva relación sentimental tampoco lo es. Algunas personas creen que no pueden
volver a amar después de enviudar y se envuelven en relación con alguien del
sexo opuesto, por recomendación de amistades e incluso de algún profesional de
salud mental, ya sea psicólogos o psiquiatras, sin tomar en cuenta si están
listas o no para esa relación. Tal como afirma la directora
del Centro Integral Lotus[9], al enviudar, la persona está perdiendo no solo a su
conyugue, sino a mucho más, pierde a quien compartía su vida, sus proyectos,
sus rutinas diarias, toda una serie de costumbres. No es fácil, pues,
querer entrar en una nueva relación. Algunos quizás la buscarán, otros
no, y esto no creo que dependa de la edad del viudo, sino de situaciones
personales. Cada caso es diferente, y cada persona procesará su duelo a
corto, mediano o largo plazo, dependiendo de lo vivido, del apego, de la forma
de muerte, incluso de los hijos, en fin, de múltiples factores.
Como es usual en muchos viudos, y se ha visto más en hombres que en mujeres, se vuelven a casar o establecen una relación sentimental en menos de un año, a veces o en la mayoría de los casos, sin haber pasado por el duelo, es como el puente falso a la etapa de nuevos comienzos, lo que puede hacer que haya dificultades y hasta sentimientos de culpa, o comparar a la nueva persona con el anterior conyugue. Conocí un caso, de una mujer que enviudó joven que, por recomendación de su siquiatra, comenzó a salir con alguien más o menos de su misma edad, no convivieron en la casa de ninguno, salían, leían, compartían con los hijos de ella, pero nunca hubo platica de casamiento. El hombre al parecer si pretendía eso, pero ella vivía enamorada de su esposo fallecido, al grado que el señor hacía la broma a sus amigos, que ella estaba todavía enamorada del difunto. Al final, por diferencias religiosas, ella aceptó a Cristo, él era medio ateo casi satánico, sin exagerar, ella puso fin a la relación. Podríamos mencionar ejemplos de otros viudos, que se metieron a tener una relación sentimental sin estar listos.
El volver a casarse, como manifiestan algunos profesionales, dependerá de la persona, su entorno, del tiempo transcurrido, y otras cosas personales. En este tiempo, nuestra sociedad ha evolucionado en aceptar un nuevo matrimonio después de que alguien enviuda, también hasta lo sugieren. Legalmente no hay impedimento para hacer esto.
Pero ¿Cómo saber si una persona viuda está lista para una nueva relación? Las amistades, familiares, los profesionales de salud mental pueden dar buenas recomendaciones[10], e incluso en internet[11] se encuentran una que otra sugerencia, que deberían tomarse en cuenta. Veamos algunas:
1. Asegurarse que ha pasado el proceso de duelo, y que, si bien puede haber dolor y tristeza de vez en cuando al recordar a la persona fallecida, se ha superado y se va recordando sin martirizarse y sufrir en demasía. Respete su propio tiempo, pero asegúrese que estará listo o lista para una nueva relación.
2. No apresurar una nueva relación después de haber enviudado. Un nuevo casamiento no es un puente rápido para no sufrir por la muerte de su conyugue.
3. Volverse a conocer y sentir que están solteros, amarse y disfrutar de su nuevo estado.
4. Crecer y aprender a aceptar y validar sus emociones. Es decir, tener una buena madurez e inteligencia emocional.
5. Retomar actividades que solían hacer antes de estar casados. Cuidar de su salud mental y física. Tener un grupo de apoyo.
6. Ordenar sus asuntos legales. No deje nada de herencias al azar, propiedades a nombre del conyugue o de una sucesión en caso de que no haya testamente. Esto también incluye el asunto de las pensiones por viudez.
7. Si hay hijos menores y quizás adultos, ayudarles a procesar el duelo y a aceptar que todos están en una nueva situación y que saldrán adelante sin la persona que se fue.
8. Cuando se encuentre una posible nueva pareja, amarla sin compararla con la persona fallecida. Debe ser amada por ella misma y no porque se parece a quien murió.
9. El respeto a la imagen y recuerdo de la persona fallecida debe ser vital.
10.Es importante tener una gran compatibilidad con la nueva pareja. Sentirse cómodos y no forzados. La comunicación entre ambos es importante. Algo muy importante es que deben tener valores y principios similares, sobre todo si son creyentes en Cristo.
11. Que haya una buena y saludable dinámica con la familia de la persona viuda. La nueva pareja deberá integrarse a la familia, en sus costumbres y forma de vida. Si la otra persona tiene hijos, deberán también integrarse.
12. Debemos reconocer que un nuevo matrimonio puede tener beneficios personales y sociales: se tiene compañía, apoyo y amor, lo que puede impactar grandemente en la salud mental y emocional. Se da la oportunidad de establecer nuevos lazos familiares.
13. Casi por último y no menos importante, recuerde siempre que, si usted desea volver a casarse, no está incurriendo en infidelidad, ni en pecado, ni en nada ilegal, y que tiene todo el derecho de hacerlo si es su decisión.
14. Por último, es importante reconocer que no solo es decisión personal, sino que se debe buscar la voluntad de Dios, como todo en la vida. Oren, oren y oren antes de decidir iniciar una relación con alguien y llegar al matrimonio.
Conclusiones
En primer lugar, hay que señalar que resultó interesante descubrir, al menos hasta donde se pudo investigar, que no hay libros publicados sobre el tema. Hay poca información que trate esta temática, aún en internet no hay mucho material. Por lo que, con una debida formación y experiencia, sería un tema interesante, importante y necesaria para un libro.
Puede resultar esperanzador para las personas que pasaron por un divorcio o se quedaron viudas, pensar en un nuevo matrimonio y encontrar una persona con quien compartir sus últimos años de vida, en amor, comprensión, compañía, ilusión, etc. Y es válido y tienen derecho a esto, sin embargo, deben tener cuidado al escoger y no estar preparados, porque puede ser una situación peor a la que hayan vivido anteriormente. No es fácil saber que se está preparado para un nuevo matrimonio, pero los consejos que hemos podido establecer y que podemos encontrar en diferente literatura, o que nos puedan dar profesionales de la salud mental, nos pueden ayudar a saber si es tiempo para eso.
Debemos reconocer que no es fácil en ninguna circunstancia volver a casarse después de un divorcio o de haber enviudado. Para las amistades de una persona divorciada o viuda, resulta fácil decir: Sal, conoce más gente, busca otra pareja, y cosas por el estilo. Sin embargo, estos consejos pueden ser contraproducente por lo expuesto grosso modo en este ensayo. Y deben estar claros que es una decisión muy personal, y nadie debe forzar a sus familiares, amistades, incluso pacientes, para que llegue a un nuevo casamiento.
Es vital no apresurar nada, aunque ya estemos mayores. Hay quienes dirán que “a cierta edad, se debe tomar lo que caiga y no ser selectivos”, esta frase la pongo entre comillas porque la escuché a un hombre diciéndolo a manera de crítica en un grupo. Si se tiene cierta edad, es cuando más debemos cuidar con quien se pasará los últimos años de vida, para no repetir errores y experiencias difíciles del pasado. Divorciados y viudos no deben temer a querer volver a amar si es su decisión, y si prefieren quedarse solos, pues también deben crecer con algunos puntos que aquí se han señalado. Volver a casarse es su total decisión y responsabilidad.
Para la persona interesada, deber tener muy en cuenta que encontrar una persona con la que se comparten amor, comprensión, con la que hay compatibilidad y buena comunicación y química, será en gran parte producto del crecimiento personal que tenga después de haber pasado el debido proceso de duelo y por otro lado, algo que depende de la voluntad de Dios para sus vidas, y esta es la que al fin y al cabo, la que debe buscarse.
Referencias
[1] Jamie Calloway-Hanauer, (December 19, 2023), How Do You Know When You’re Ready to Get Married? Consultado el 7 de febrero de 2024, https://relevantmagazine.com/life5/relationships/how-do-you-know-when-youre-ready-to-get-married-2/
[11] Landeros, Manuel, Cuando una persona queda viuda se puede volver a casar,(Consultado el 26 de febrero de 2024) https://eternapaz.com/luto/cuando-una-persona-queda-viuda-se-puede-volver-a-casar
Por Alicia Herrera Rebollo
Ensayo presentado como requisito de la materia Técnicas de consejería para parejas, en la Maestría en Consejería – SETECA - marzo 2024
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