Introducción
Este es un
tema relevante en la Biblia. El Nuevo Testamento presenta un esquema de
cumplimiento con respecto a los temas de Reino y Rey prometido del Antiguo
Testamento. Se responderá algunas interrogantes a la luz del desarrollo y
reflexión de los escritos de dos teólogos, y de acuerdo a conocimientos
generales.
¿Cuál ha sido el énfasis en cuanto al entendimiento del
Reino de Dios en el evangelicalismo Tradicional? (¿A qué tipo de reino se
refiere?)
En primer lugar hay que definir a que nos referimos con
“Evangelicalismo Tradicional”, para entender ese énfasis. Campos, después de un
relato investigativo desde el envangelicalismo de fines del siglo XIX hasta
inicios del XX, concluye:
“se le ha llamado evangelicalismo tradicional a aquel
evangelicalismo que proviene del fundamentalismo y premileniarismo
dispensacionalista que llégó a Latinoamérica por medio del movimiento de las
misiones de fe”.[1]
Este evangelicalismo, ampliamente difundido, tiene una dependencia
teológica con ese fundamentalismo norteamericano, señalado, por ser conservador en lo
teológico, en lo político y sociológico.
Sin embargo, esos creyentes se convierten en “a-políticos” haciédoles mantener
su status quo, sin pensar ni mucho menos intentar, cambiarlo. Su motivación para la misión es: el mandato
del Señor, la compasión, y la venida de Cristo, pero enfatizando la primera
venida y después el reino.[2]
Esto provocó que el énfasis en Latinoamérica fuera
evangelizar, buscando la conversión de la persona de manera espiritual e individual;
de allí, surge lo de “ganar almas”, sin
pensar en algo más integral o social. Se piensa en el futuro del Reino, y no en
el presente.
La participación de la Iglesia en programas sociales y
otras actividades son consideradas como
un medio para evangelizar. Es
método y no un esquema teológico[3].
Se reduce la vida espiritual y práctica, enfocándola al Reino futuro, limitando
la manera de entender la vida cristiana.
¿Cómo cree que dicho entendimiento ha afectado la
comprensión
de la misión de la Iglesia en América Latina?
Es “normal” que el evangelicalismo tradicional
latinoamericano, entienda la misión de la iglesia como:
“Promover en el tiempo presente la salvación espiritual e
individual. Es decir, difundir el
evangelio de Jesucristo el Salvador para que los pecadores se
arrepientan y reciban perdón de parte de Dios y se preparen para la segunda
venida del Señor quien vendrá a establecer su Reino “futuro”.[4]
Es evidente notar, tal como afirma Campos, que el
concepto de misión, el entendimiento y sobre todo la práctica de la Iglesia Latinoamericana
está ligada íntimamente con el concepto consciente o inconsciente, de Reino de
Dios en perspectiva de futuro[5].
El creyente latinoamericano, mayoritariamente, considera
su misión y práctica, para ganar almas, sin concientizarles, a que los valores
de ese Reino presente y futuro, deben ser vividos y mucho menos buscados, en esta
sociedad que día a día atenta contra el mismo Reino. La Iglesia en su práctica, se ha quedado solo
para evangelizar, buscando una renovación espiritual, pero no aterriza en los
cambios estructurales, mentales e internos de cada individuo, que lo llevarían
a irrumpir en el reino de este mundo, para transformar esa sociedad gobernada por
las tinieblas. Hay un acomodamiento, cantando coritos, lamiéndose heridas, y reproduciendo patrones culturales y
socio-políticos que no tienen nada que ver con el Reino de Dios. Sin embargo, hay destellos, en algunas Iglesias y creyentes, que en una genuina
lectura de la Biblia, buscando una identidad con el Reino de Dios, practican
esos valores en el hoy, para cambiar su entorno de manera integral.
¿Cuáles son las dos facetas del Reino que se ven en la
Biblia?
Hay dos facetas: Una actual o presente, y una futura o
escatológica.. En el AT, en el judaísmo
rabínico, muestra a Dios como Rey, pero reconoce que debe llegar a ser
manifestado como tal.[6]
Este entendimiento es vital para solucionar el problema planteado en el NT, que
en Mateo habla de un Reino de los cielos.
El Reino de Dios es escatológico porque hay aspectos que
aún no se han realizado y que esperan ser cumplidos. También es actual desde
que Jesús lo inauguró, según sus palabras en el templo en Lucas 4:21, por lo
que penetra en este mundo para vencer a las tinieblas, según declaraciones de
él mismo, cuando echó fuera demonios, y le preguntan sobre el tiempo de la
llegada del reino de los cielos, en Lucas 17:20, respondió que ya estaba entre
nosotros de manera inesperada[7]. El Rey está presente visible y
espiritualmente y está presente el poder soberano de Dios.
¿Qué fue lo que se cumplió en la primera venida del
Mesías?
Según Ladd, vino el ungido de la profecía mesiánica de
Isaias 61:1-2; hubo liberación de
ataduras satánicas (Mc. 1:28) haciendo presente el poder soberano de Dios sobre
las tinieblas (Mateo 12:29). Dios intervino en la historia humana y ha
triunfado sobre el mal, aunque la liberación final es futura, trajo su Reino en
la persona y misión de Jesús[8],
en los Evangelios sinópticos se habla de
las promesas del AT cumplidas en la misión de Jesús[9],
como:
- Él sería de la tribu de Judá (Génesis 49:8-10; Hebreos 7:14; Revelación 5:5)
- Él sería un descendiente de David. (2 Samuel 7:4-5,12-13; 1 Crónicas 17:11-14; Salmo 132:11; Lucas 1:32-33,67-69; Hechos 2:29-30; Mateo 1:17; Romanos 1:3)
- Su nombre sería el Mesías. (Daniel 9:25-26; Juan 1:41)
- Él es Rey de los judíos (y del mundo). (Salmo 2:6; Juan 18:33,37; 19:19-22)
- Él introduciría un Nuevo Pacto (Brit Hadashah). (Jeremías 31:31; Lucas 22:20) [10]
¿Qué es lo que falta por cumplirse y/o que se espera que
se cumpla
cuando el Mesías venga por segunda vez?
Lo pendiente de cumplirse es: la destrucción final y
total del demonio (Mateo 25:41), no existe aún una sociedad con ausencia de
maldad (Mateo 13:36-43), tampoco existe una comunión perfecta con Dios
como se describe en Lucas 13:28-29.[11]
Hay otros factores, como las señales visibles de la
Segunda Venida de Jesús (1
Tesalonicenses 4:15-17; Marcos 13:24-27);
el juicio contra el orden actual (2 Tesalonicenses 1:5-12; 2 pedro
3:4-10; Apocalipsis 19:11-16); el sometimiento a Dios de los
opositores/incrédulos (Filipenses
2:9-10; 1 Corintios 15:20-23); y todas las promesas dadas a los creyentes en Apocalipsis,
tales como:
a.
El reino se establecerá en Jerusalén.
b.
El Mesías tendrá su trono con sus apóstoles en Jerusalén
c.
El reino será mundial y todos pueblos se someterán a Cristo y a su
autoridad: Un solo gobierno.
d.
Habrá paz, justicia, y desarme mundiales.
e.
Los rebeldes e impíos serán destruidos.
f.
Los elegidos recibirán el reino en la segunda venida de Cristo, cuando
obtengan su inmortalidad.
g.
El reino durará mil años.
h.
No existirán pobres ni desamparados.
i.
El diablo será atado junto con sus demonios para que no engañen a los
pueblos.
j.
Habrá sólo una religión y un solo gobernante mundial con la autoridad de
Dios.
k.
La vida será más larga y saludable.
l.
No habrá explotadores ni explotados.
m.
No habrá revueltas, ni protestas, ni descontentos populares.
n.
Los que no quieran servir al Rey Cristo no les irá nada bien, y por
tanto, optarán por él de buena gana. Preferirán las bendiciones que las
maldiciones de Dios Padre.[12]
En cuanto a que el Reino es siempre de Israel, hay dos
posiciones, la del israelita que se volvió muy nacionalista y consideró que el
Reino de Dios significaba que Israel tendría dominio sobre sus enemigos
políticos y nacionales. Y la de Juan el Bautista y Jesús mismo que reiteraron
que era necesario un arrepentimiento para entrar a ese Reino Venidero. Jesús estableció que los verdaderos “hijos
del reino” son los que obedecerían y aceptarían su palabra (Mateo 13:38)[13].
¿Cómo debería entenderse en términos generales la
relación Iglesia y Reino?
Dl Reino de Dios es el reinado
o gobierno de Dios y la manera en que se vive el mismo. La Iglesia, es la
comunidad del Reino, es una sociedad de personas, por lo tanto, la Iglesia no
es el Reino, los discípulos pertenecen
al él, y este les pertenece a ellos, mas no son el Reino.[14]
¿Está de acuerdo con las distinciones que el autor hace?
Argumente brevemente cada una de sus respuestas.
Estoy de acuerdo con las distinciones que hace Ladd entre
Iglesia y Reino de Dios. Sus cinco
postulados lo explican claramente.
La Iglesia no es el
Reino.
Si el Nuevo Testamento no expone en ninguna parte que la
Iglesia es igual al Reino, no debemos cometer el error de equipararla con él. La
Iglesia es el pueblo de Dios no el Reino mismo[15].
El Reino crea la
Iglesia
El rechazo de Israel a ese Reino ofrecido por Jesús,
constituyó que aquellos que sí lo aceptaron, se convirtieron en el nuevo pueblo,
llegando a ser hijos del Reino, el verdadero Israel, el inicio de la Iglesia.
Con las parábolas de la cizaña y de la red, vincula a la sociedad y a la
iglesia, estableciendo que hay seres humanos que están en el actual Reino, que
no son hijos del Reino, porque entrar en él, requiere una participación en la
Iglesia, pero entrar en la Iglesia no es sinónimo de entrar al Reino[16].
La Iglesia da
testimonio del Reino
Pasajes bíblicos, como
Lucas 10, Mateo 10 y Hechos aclaran que la misión de la Iglesia es
testificar del Reino. No es ella la que lo construirá, ni es la que se convertirá en el Reino. Su tarea
primordial es hablar sobre cada acción de Dios en Cristo en pro de la redención
humana.
Otros señalan que el nuevo pueblo, daría frutos dignos del
Reino (Marcos 12:1-9; Mateo 21:43; Mateo 8:11-12) y el Sermón del Monte,
específica cómo se llevaría a cabo esa salvación de los gentiles estableciendo el estilo de vida que deberían
llevar, para dar a conocer ese Reino (Marcos 13:10; Mateo 24). El perdón es básico para ejemplificar la
conducta de los creyentes para testificar del Reino (Mateo 6:12,14; 18:23-35)[17].
La Iglesia es el
instrumento del Reino
Los discípulos de Jesús fueron instrumentos usados por y
para el Reino, pues las obras de ese Reino fueron realizadas a través de ellos,
así como Jesús Jesús (Mateo 10:8; Lucas 10:17). Está protegido de sucumbir ante
las puertas del Hades (Mateo 16:18)[18]
La Iglesia es
guardiana del Reino
Esta no es una función oficial de la Iglesia, pero en un
sentido real, lo es, puesto que por la
proclamación del evangelio del Reino en este mundo, es que hay una decisión
final de quienes entrarán al Reino futuro o escatológico. De acuerdo a la respuesta al mensaje de la
Iglesia con respecto a Jesús y su Reino es que muchos llegan a ser o no parte
de ese Reino actual y futuro.[19]
Entendimiento personal sobre el tema del reino.
Creo firmemente que el Reino de
Dios es actual y futuro. Está presente
desde que Jesús vino, pero aún falta que venga el Reino escatológico. Cuando escuché a Darrell Bock, enseñar en
SETECA sobre el concepto de “El ya y todavía no del Reino”, capté de mejor
manera el Reino presente y futuro.
Va dirigido a todos en este planeta, sin excepción, pero
solo aquellos que en su vida personal, tienen un genuino reconocimiento del
Señorío de Cristo, son parte de ese Reino de Dios. Gentiles y judíos por igual, tienen la oportunidad de optar a entrar al
Reino actual y futuro cuando deciden creer en Jesús, si no lo hacen, definitivamente
no entrarán.
Las distinciones que hace Ladd, y el concepto que he
tenido sobre el Reino, han afectado mi comprensión de la Misión de la
Iglesia. Me parece que la Iglesia no
debe conformarse con una acción evangelizadora espiritual, sino que debe vivir
o modelar los valores del Reino. Siempre oí hablar sobre el concepto de ser
“Agentes del Reino”, en mi incursión en política, escuché sobre un programa
dirigido a jóvenes llamado “Agentes de Cambio”.
Me atreví a escribir que los verdaderos
agentes del cambio éramos nosotros los creyentes, siendo íntegros en las
áreas en que nos desenvolvemos, provocando cambios en nuestro entorno,
espirituales, y estructurales, basados en una concepción de permear nuestra
sociedad conforme a la Palabra de Dios y en perspectiva del Reino de Dios.
La Iglesia es muy tímida para incursionar en áreas en que
podría provocar no solo cambios espirituales sino también estructurales. Como “buenos
seguidores” del evangelicalismo latinoamericano, aun se piensa como
norteamericano, en cuestiones econó-socio-políticas. Si volviéramos nuestra mirada y tuviéramos un
compromiso real con el Reino de Dios,
perderíamos el temor de ir más allá de evangelizar, y educaríamos a los
cristianos para puestos de liderazgo nacional en varios ámbitos, el discipulado
pasaría a ser menos religioso, encarnando el evangelio de Jesús, reconociendo a Dios en todas las áreas de la
sociedad.
Cuando el creyente, como Agente del Reino, se comprometa
a vivir una vida integra, en su hogar, en su escuela, en su trabajo, en el campo,
en la ciudad, en la política, en todo, podrá contribuir a que todos quieran
algo que él tiene, que se llama Jesús, y a querer que el Reino que el instauró
y que vendrá en plenitud, sea real ya, para nuestro sufrido mundo. Lo que el mundo clama es justicia, igualdad,
equidad, inclusión, y muchos valores como estos, entonces, ¿Por qué no
mostrarles con hechos, palabra y resultados, que el Reino de Dios ofrece todo
esto?
La Iglesia no debe inventar una nueva misión, sino
reexaminarla, llevándola a cabo en su totalidad y sin temor a represalias de
las huestes de maldad, pues Dios nos protege y nos dice que avancemos.
Bibliografía:
Oscar Campos.
“La Misión de la Iglesia y el Reino de Dios en el evangelicalismo Tradicional.” Kairos 21.
Julio-Diciembre 1997: 51-70, Artículo incompleto, tomado y adaptado págs.1-12-
George E.
Ladd. “Teología del Nuevo Testamento”, (Capítulo 4: El Reino de Dios y
Capítulo 8: El Reino y La Iglesia).
[1] Oscar Campos. “La Misión de la Iglesia y el
Reino de Dios en el evangelicalismo
Tradicional.” Kairos 21. Julio-Diciembre 1997; artículo adaptado pág.7
[6] George E. Ladd. “Teología del Nuevo Testamento”,
(Capítulo 4: El Reino de Dios y Capítulo 8: El Reino y La Iglesia). Pág. 95.
[10] Para ver una lista
más ampliada de promesas cumplidas en su Primera Venida, visitar: http://jesus-is-the-way.com/FirstComingEsp.html
[12]
http://www.focusonthekingdom.org/articles/elreino.htm
[13] George E. Ladd. “Teología del Nuevo Testamento”, (Capítulo 4: El Reino
de Dios y Capítulo 8: El Reino y La Iglesia). Pág. 97.
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