Volar

Quisiera volar tan alto como las águilas,
para escapar del olor fétido,  tóxico de los pantanos,
para huir de la lengua viperina de las serpientes,
del veneno mortal de los escorpiones.

Quisiera volar tan alto, sobre los montes,
para que el mal olor de los gusanos muertos,
la voracidad de los lobos,  no alcancen
ni corrompan el alma, el corazón.

Quisiera volar sobre las nubes, el arco iris,
las montañas, los ríos, ver la maravillosa creación,
reconocer en el vuelo,  las aves, la mariposa,
divisar la belleza silente del árbol, la flor.

Quisiera volar para encontrar cara a cara
al sol, las estrellas,  la luna, la imponente galaxia,
al Trascendente Hacedor de mil maravillas,
encontrar en el vuelo, la paz, la canción.

Quisiera volar, muy alto volar, trascender,
ver a la madre amar, al padre con alegría cuidar,
a los niños sonreír, a los jóvenes soñar,
a la pareja besar, abrazar, al amor fluir.

Quisiera volar, hasta el más allá volar,
recuperar la esperanza en un mejor porvenir,
Decir a la humanidad que aún puede
ver en los otros, un rostro bello y feliz.

Quisiera volar aún más alto, al fin llegar,
mas es necesario bajar, con la fuerza recuperada,
llevar por doquier un mensaje  de alegría e ilusión,
porque existen cosas bellas,  no todo es maldad.

Volar, quisiera volar, mas debo descender,
para encontrar la razón de existir, de amar, de vivir,
es  abajo,  donde el caminar tiene sentido,
para la paz encontrada transmitir.


Alicia Herrera Rebollo
24 de noviembre de 2013