En el anterior escrito, no mencioné que unos días antes de casarnos, hablé con mi mamá de cómo me sentía sobre la boda. Tenía dudas, temor quizá, pero lo cierto, es que le dije que sentía algo extraño y que no me emocionaba tanto. Ella me contó que muchas mujeres sentían lo mismo en los días previos, y que como yo no era ya una niña, (yo tenía 27 años), y que eso de las mariposas en el estómago no era indispensable ni pensable. Que estuviera tranquila, que todo iba a salir bien.
Se llegó el día de la boda, por cierto una bonita boda, sencilla, pero con la gente que me apreciaba y que apreciaban a mi novio. Con la ilusión de una vida llena de amor, entré con una canción que yo había compuesto una año antes, pero cantada por mi amiga Vicky Castro y musicalizada por mi amigo Carlos López.