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jueves, 30 de enero de 2014

Pensando en voz alta: Soberbia o sencillez

Pensando en voz alta:

De todos los pecados que existen (robar, matar, adulterar, codiciar, mentir, etc.) el único que  resiste Dios es el pecado de la soberbia (orgullo, altanería).  Todos se alejan de Dios, pero el pecado de la soberbia se le enfrenta, por eso la Biblia dice que "Dios resiste al soberbio y da gracia al humilde" (I Pedro 5:5).  Fue el pecado de Satanás al rebelarse contra Dios.

Es contrastante ver la vida de Saúl y la de David como reyes.   David tenía varios pecados graves: codició, adulteró, y asesinó.  Saúl era intachable.

¿Por qué entonces Dios le quita el reinado y se lo dio a un David, que llegaría a ser un rey totalmente nefasto? (recordemos lo que permitió en su familia y como se condujo).   Saúl simplemente fue un rey que se llenó de soberbia al querer ofrendar a Dios en vez del sacerdote.  Su pecado fue el orgullo.  Sin embargo, David, el asesino, adultero, codicioso, permisivo, etc.  fue llamado un hombre conforme al corazón de Dios. (1 Samuel 13) ¿Por qué? porque se humilló ante Dios y reconoció su pecado  y su pequeñez. (Salmo 51).  Esto me recuerda que El humano ve las apariencias, Dios ve el interior.


Esto me hace pensar que ningún ser humano es perfecto para gobernar, pero Dios le quita ese privilegio a los arrogantes.  ¿Tremendo no? 

Creo que todos luchamos contra ciertos pecados en nuestra vida, pero pocos luchamos contra el orgullo.  Este es el más dañino, a mi criterio, el que nos puede arruinar una vida y la vida de otros.  En lo personal, lucho día a día por no ser orgullosa, por dominar mi orgullo y ser sencilla en mi mente, corazón y acciones. Y evitó mucho a este tipo de personas, pues considero que es algo que se contagia.
Alejemos de nosotros la soberbia, y tengamos ojos y un corazón sabio para con Dios, para detectar la soberbia a nuestro alrededor.


Alicia Herrera Rebollo
30 de enero de 2014

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