SED
SANTOS... PORQUE YO SOY SANTO!
UNIDAD 4. LAS
IMPLICACIONES DE LA SANTIDAD
Lección 26
¡Manteniendo las virtudes cristianas!
Parte 5
Humildad versus Orgullo (B)
Objetivo General
Que cada estudiante entienda que el dejar nuestras cargas a Dios
es como debemos humillarnos ante Él y que esto también es parte de nuestra
santidad.
Introducción
Anteriormente Pedro ha señalado la
importancia de la humildad en las relaciones interpersonales, ahora muestra la
relevancia de la humildad del cristiano con Dios. En
este caso el creyente se pondrá bajo el mando, el cuidado y la dirección
de Dios. En los versículos 6 y 7 del
capítulo 5 exhorta a todos los cristianos a que se humillen ante Dios, para ser
exaltados por Él en su tiempo. Además
les dice que deben hacerlo poniendo todas las cargas sobre Dios, ya que Él se
preocupa por ellos.
1. Tres razones para serlo
a.
Es una orden
El humillarse ante Dios no es una opción, sino una orden que
debe cumplirse, ya que el verbo
"humillaos", (tapeinothete)
es aoristo imperativo pasivo.[1] Esta orden es Dios mismo quien nos ayudará a
cumplirla, puesto que es un verbo en pasivo.
b.
Porque sólo Dios puede ayudar
Deben hacerlo "bajo
la poderosa mano de Dios". Esta
expresión aparece en textos que hablan de la manera en como Dios sacó a Israel
de Egipto (Ex. 3:19) o del juicio o la disciplina de Dios (Job. 30:21). Posiblemente Pedro piensa en lo que está
pasando a su audiencia: persecución.
Ante esto, su reacción no debe ser la rebeldía o el alejamiento de Dios,
sino la de humillación ante Él.[2]
c.
Porque podrían tener una recompensa
También el autor da la razón de esta actitud. Sencillamente
para que Dios exalte al creyente humilde.
Ahora bien, el verbo
"exalte", (upsose)
es aoristo subjuntivo activo,[3] y esto
implica una probabilidad , es un deseo del autor para que sea así. No significa que si el creyente se humilla
será necesariamente exaltado. Aunque hay pasajes que sí afirman esto, como Lucas 1:52 e Isaías
52:13. Dios cuando quiera y si quiere lo hará en su "tiempo", (kairo) y
no cuando el creyente lo desee. Por esta
razón debe esperar pacientemente y con humildad. Algunos comentaristas opinan que ese
"tiempo" se refiere al tiempo postrero de la manifestación de Cristo
y su salvación final. (1 Pd. 1:5,12; 4:13; 5:1; Mt. 8:29; 1
Cor. 4:5). Esto último, es
bien posible, pues Dios reinvindicará al cristiano en esa venida. Aunque también aquí en la tierra, en muchas
ocasiones se ve la exaltación que Dios hace con sus hijos, cuando estos son
humildes.
2. La manera de serlo
a.
Poniendo todas las ansiedades en Dios
Pedro también ofrece a sus lectores, la manera en que han de
humillarse ante Dios. Lo harán
"echando", (epiripsantes;
aoristo participio activo),[4] la ansiedad que tengan sobre Dios. El término significa también "echar
sobre, descargar en".[5] Tiene un sentido imperativo pues depende del
imperativo "humillaos".[6]
b.
Haciéndolo de una vez por todas
No hay que darle vueltas al
asunto y esperar a tener el deseo de hacerlo, o decir "hoy me
humillo, mañana quien sabe".[7] Debe el cristiano quitar de sí mismo toda la
ansiedad o congoja. En el contexto del
pasaje, los cristianos llenaban su corazón de ansiedad a causa del abuso que sufrían
y que venían venir en aumento. Los griegos,
si tenían ansiedad, perdían el sueño y
escapaban de ella entregándose al vino y a las pasiones. Sólo la muerte los libraba de eso. Pedro en cambio presenta otra perspectiva. Ya que la ansiedad es como un embriagante del
alma y la mente, y hace que la persona se aparte de Dios (Mt. 6:25; Lc. 12:22;
Mr. 4:19; Lc. 8:14, 21:34).
c.
Descargándolas totalmente
El cristiano no debe dejar nada de ansiedad, debe ser quitada
de raíz, y sólo él mismo puede querer deshacerse de ella.[8] Se ha de poner sobre o encima de Dios. Dios quiere llevar esa carga, por lo que el
cristiano humilde la pondrá sobre Él. Es
interesante que Pedro haya dado esta manera de humillarse ante Dios. Debido a que se necesita humildad para
reconocer que no se es capaz de sobrellevar las cargas propias y las
preocupaciones, y se necesita humildad para confiar ciegamente en Dios y
pasarle a Él las preocupaciones que agobian la vida del creyente. La ventaja de esto es que el cristiano puede tener
una firme confianza en su bondad y su poder para sostenerle. La liberación de la ansiedad acompaña a la
humilde sumisión a Dios.
d.
Confiando plenamente en el cuidado de Dios.
Se debe hacer esto, de descargar en Dios
la ansiedad, porque se preocupa de sus hijos. El verbo "preocupa", (melei) es presente indicativo activo,[9] lo que significa que siempre tendrá un cuidado
especial de sus hijos, siempre se preocupará por su situación presente y
futura. Promesa que se encuentra en el Antiguo y Nuevo Testamento (Dt. 31:6; Heb.
13:5).[10] Esto se contrapone a los dioses paganos,
ellos no tenían cuidado de sus seguidores, por el contrario, estos eran los que
tenían obligación de velar por sus dioses.
Pedro al parecer ha recordado el Salmo 37:5 y el Salmo 55:22. Además
el pasaje lleva a Mateo 6:25-32 y Filipenses 4:6.[11]
Conclusión
No cabe duda de cuan orgulloso
podemos ser con Dios cuando vivimos ansiosos por nuestros problemas. Humillarse ante Dios implica descargarse de
todos esos afanes de la vida y ponerlos a los pies de Él pues es el único que
puede llevarlos. El entender esto, nos
ayuda a ver la vida desde otra dimensión.
Reconocer que yo no puedo, pero que Dios si puede llevar esa carga
pesada, es ser humilde ante Él. El poema
“Huellas” es un buen ejemplo de alguien que creyó que era él mismo quien
llevaba sus propias cargas.
Aplicaciones
1.
Como
hijos de Dios debemos dar el primer lugar a Dios aun en nuestras cargas, reconociendo que Él es el único que puede
ayudarnos a llevarlas.
2.
Dejemos
ya las cargas y problemas de nuestra vida ante sus pies, despreocupémonos de ellas porque es Dios quien quiere
llevarlas.
3.
No
alberguemos más ansiedades por problemas de dinero, salud, estudios, etc.
Nuestros o de nuestra familia. Nosotros
no sabemos como sobrellevarlas, despojémonos de todo ese peso y humillémonos ante
Dios.
4.
Agradezcamos
a Dios por su ayuda incondicional, porque Él siempre está a nuestro cuidado.
5.
No
nos humillemos ante Dios buscando ser exaltado por Él, porque sólo Él sabe si
nos exaltará. Nuestra motivación no debe ser otra más que la de darle a Él toda
la gloria.
Tareas
1. Memorizar 1 Pedro 5:6-7
2. Lee 1 Pedro 5:8-11 y
responde a las siguientes preguntas:
¿Por qué debes ser sobrio y
velar? Averigua el significado de
“sobrio” y de “velar”.
¿Cómo
debes resistir al diablo?, ¿Qué crees que significa “firmes en la fe”?
El saber
que otros cristianos están teniendo los mismo padecimientos, ¿Qué te hace
pensar? Y
¿Cómo te
hace sentir?
Sugerencias
1. Pregunte quién hizo la
tarea. Los que la hicieron podrán ir
colaborando con ud. en el transcurso de
la clase.
2. Como una ayuda visual para
ilustrar el “orgullo ante Dios” podría hacer un pequeño drama. Ponga un niño delgado y pequeño con una gran
bolsa que pese. En contraste, que
alguien grande y fuerte le ofrezca su ayuda.
El niño la rechaza aduciendo que puede llevarla solito.
Deje en suspenso el drama...
Antes de terminar la clase, vuelvan hacerlo y que el niño le pida al
grande que le lleve la carga porque reconoce que es más fuerte para llevarla y
que él realmente no puede.
3. Antes de iniciar el punto
2, provéales de un papelito. Pídales que
escriban allí la carga más grande o preocupación más grande que estén llevando
en estos momentos. Si alguno quiere
compartir con el grupo, puede
hacerlo. Pregúnteles que han hecho para
aligerar esa carga, o que ha provocado en ellos, esa preocupación.
Que lo guarden, y al final de la
clase en oración, pueden romper o quemar el papel como símbolo de que se están
humillando ante Dios reconociendo que sólo Él puede llevar esa carga. Oren por
esas cargas que han estado agobiando a cada uno.
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