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jueves, 7 de septiembre de 2017

Humildad versus Orgullo (A)

SED SANTOS... PORQUE YO SOY SANTO!
UNIDAD 4.  LAS  IMPLICACIONES DE LA SANTIDAD
Lección 26
¡Manteniendo las virtudes cristianas!
Parte 4
Humildad versus Orgullo (A)

                                   

 Objetivo General
         Que cada estudiantes comprenda que la humildad es reflejo de la santidad, y que todos en el cuerpo de Cristo debemos vivirla.

Introducción
         En la lección anterior vimos lo que corresponde a los ancianos-pastores y a los jóvenes de las iglesias, ahora entramos a un tema delicado y que tiene que ver con cada miembro de la iglesia por igual.  El tema de la humildad en el cristiano es delicado pues muchos se dicen o creen humildes, pero se ofenden por cualquier cosa.  Hay un pensamiento que dice: “La humildad hace poderoso al hombre. Nadie es capaz de herirlo porque no tiene donde lo hieran”.  ¡Que gran verdad!, pero veamos que nos dice Pedro sobre el tema.  ¿Por qué debemos ser humildes? ¿Con quiénes debemos serlo?


Ser humildes con todos
1. Todos debemos ser humildes los unos con los otros
            En el versículo 5:5b  Pedro aconseja a "todos" en la iglesia que sean humildes entre ellos. Es decir, tanto los que están en liderazgo como los jóvenes y demás miembros de la iglesia.   Es que la humildad es parte de la verdadera santidad. Dirigiéndose a todos, y usando un término de reciprocidad, "unos a otros",  (gr. allelous) les ordena que se ciñan de humildad.  Quiere decir que tanto el pastor y el anciano deben ser humildes con un niño como un joven con una dama, y esta con el anciano.  Debe ser una actitud pareja, no con unos ser humildes y con otros altaneros.

2.  Todos debemos revestirnos de humildad
            El "ceñios", en griego:   (gr.egkombosasthe) es un  aoristo imperativo medio,[1] y puede traducirse como "revestíos".  Literalmente es afirmar un nudo firme o ceñíos como con el traje de esclavo. 

a.    Como el Señor.
El termino ceñirse nos remonta al Señor lavando los pies de los discípulos y ciñiéndose con toalla (Jn. 13:1-20).[2]  El término "humildad", (gr. tapeinofrosunen) significa "bajeza, de baja condición, oposición a elevarse".   El mejor ejemplo de humildad práctica lo dejó Jesús, no sólo se humilló haciéndose hombre hasta morir en cruz, que era lo más bajo   para esa cultura romana, sino que le lavó los pies a sus amigos, discípulos.  Ese trabajo era para los esclavos.  Eran ellos los que tenían que lavar los pies de las visitas de una casa y de sus amos.  Jesús era mayor que ellos, pero se bajó y tomó una actitud de humildad.

                  b.   Sirviéndonos.
En una comunidad de gentiles cristianos esto era difícil, pues su misma cultura se oponía a este tipo de actitud.  Sin  embargo, en el cristianismo es una virtud que hace que la persona no se exalte a sí misma sino que sirva a otra.[3]  La humildad conlleva el servir a los demás y considerarse como siervo de ellos.

3. Hay razones de peso para ser humildes.

a.    Porque Dios resiste a los soberbios  
El verbo "resiste",  (gr. antitassetai) es presente indicativo medio,[4] lo que implica que Dios hace esto en el pasado, presente y futuro. Siempre va a resistir a los arrogantes.  El término  (gr. uperefanois) que significa "arrogantes o soberbios", se refiere aquellos que son egoístas que además se jactan de lo que tienen y menosprecian a los demás.[5]  Algunos han dicho que este pecado es el único que se opone a Dios, en cambio otros huyen de Dios.  Por lo que Dios se opone abiertamente a los orgullosos o a los escarnecedores, como dice Proverbios 3:34, que es el pasaje citado por Pedro.[6] 
La soberbia fue el pecado de Satanás, él se opuso abiertamente a la autoridad de Dios, y quizo igualarse a Dios.  Así es que todo soberbio se opone cara a cara a Dios. ¡Grave pecado!, por eso Dios le resiste, no puede verlo.

         b.  Porque Dios da gracia a los humildes.
En contraposición de lo que hace con los orgullosos, con los que no se exaltan a sí mismos y los que se ponen en último lugar para servir a otros, Dios hace otra cosa, da gracia. El verbo "da", (gr. didosin) es presente indicativo activo,[7] y al igual que resistir, significa que Dios siempre da gracia. "Gracia",  (gr. xarin) significa "tener el favor de". La riqueza de la gracia se manifiesta en la mirada favorable de Dios, en la remisión de pecados (perdón), en el don de la vida eterna, en la sobreabundancia de dones espirituales. 


Conclusión
            De todos los pecados, la soberbia es la más peligrosa.  Se anida en el corazón del hombre, y puede permanecer oculto, pero a su tiempo Dios lo sacará a luz.  Este pecado daña tanto a la Iglesia de Cristo, que no en balde, Pedro pide a todos en ella  que lo eviten.  La humildad, pues es la que debe caracterizar al hijo de Dios, esté o no en un “puesto de liderazgo”.  Cada uno debe cultivar la humildad, para estar en paz con Dios y para obtener su favor.

Aplicaciones
1.    Piensa:  ¿Existe en tu corazón y mente un aire de superioridad sobre los demás? ¿Crees que tú vales más que otros, por lo que sea (dinero, profesión, apariencia, apellido,  posición, etc)?
2.    La humildad es la característica que el cristiano más debería imitar de Cristo.  Si  Él siendo Dios fue humilde, ¿por qué no yo que soy un simple mortal redimido por Él?
3.    Evitemos la soberbia, que es el pecado que nos asemeja más al enemigo, y nos pone en franca oposición a Dios.
4.    En la Iglesia, en tu hogar, en tu estudio o trabajo revístete y práctica la humildad, aunque veas que otros allí no lo hacen.  Se tú humilde con los demás y dentro de ti.
5.    Si eres humilde recibirás el favor de Dios en todo lo que emprendas en tu vida.

Tareas
1.    Memorizar I Pedro 5:5
2.    En I  Pedro 5:6-7 busque lo siguiente:
¿Ante quién debes ser humilde?
¿Qué puede pasar si eres humilde ante Él?
¿Cómo muestras tu humildad ante Él?
3.    Sirve a otros durante la semana, sin poner “peros”, sin pensar ¿por qué debo hacerlo yo?
4.    Pide a Dios en oración que te quite cualquier rasgo de soberbia en tu vida

Sugerencias
1.    Pide la tarea anterior.  Discutan el concepto de humildad que cada uno llevó.
2.    Hagan una historia sobre alguien “soberbio”.  Cada uno puede inventar una frase de la historia. Dependiendo del número de alumnos hagan dos rondas.  Será interesante conocer el final de dicha historia.
3.    Dramaticen, y si es posible háganlo en carne viva, el lavado de lo pies de los discípulos por Jesús.  Que alguien, ¿el maestro?  Lave los pies de sus alumnos.  Esto puede impactar la vida de los alumnos.  Pueden preparar unos dos huacales con agua y jabon y lavarlos.  Al irlo haciendo dé la enseñanza de la humildad de Jesús y como se ciñó los lomos para hacerlo. (Literal  2 a)
4.    En el literal 3 a,  da unos minutos para que cada uno piense en la persona más soberbia que han conocido en su vida.  Después hagan una lluvia de ideas de cómo manifestaban esas personas su soberbia y cómo  los veían los amigos o familiares de esas personas.  Pregunta al final: ¿te gustaría ser como esa persona?.   También pueden dividir el grupo, unos piensan en alguien soberbio y otros en alguien humilde.  Al final comentan todos.




         [1]Ibid, pág. 431.
         [2]Barnes, The Notes on The N. T.  Explanatory and Practical, pág. 204.
         [3]W. Bauder, H. Esser, "humildad", Diccionario Teológico del N.T., Vol.II, págs. 314-320.
         [4]Stengenga, Tuggy, Concordancia Analítica Greco-Española del N.T. Greco-Español, pág. 743.
         [5]Green, Comentario Bíblico Hispanoamericano, pág. 282.
         [6]Jamieson, Fausset, Brown, Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia, pág. 710.
         [7]Stengenga, Tuggy, Concordancia Analítica Greco-Española del Nuevo Testamento greco-español , pág. 188.

Tomado de mi Tesis "Un acercamiento teológico exegético al tema de la Santidad en la Primera Carta de Pedro",  Tesis de graduación para optar al Título de Magister Artium en Biblia, Guatemala, SETECA 1999.

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