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martes, 22 de mayo de 2012

¡Murió mi héroe! ¡murió mi papá!



Uno de los hechos que más han marcado mi vida, fue sin duda el asesinato de mi padre, Carlos Antonio Herrera Rebollo, cuando fungía como Ministro de Educación entre los años junio 1977 y mayo 1979.
A los 13 años, mi padre era mi amigo, mi héroe, mi defensor, el que cantaba por las tardes con su guitarra, el que contaba y actuaba los chistes y quien siempre me escuchaba, me regañaba con amor, etc.

Un miércoles 23 de mayo antes de irme al colegio, le pedí como todas las mañana "una peseta",  (así le decían a las monedas de 25 ctvs. de colón), me la dio dándome un beso en la frente.  Recuerdo que estaba sentado en un sillón de la sala, y esperaba al motorista, don Fabio Rivas.  Le pregunté que porque se iba tan temprano ese día. Creo que era antes de las 7 am.  y me contestó que tenía muchas cosas que hacer y una reunión con personas importantes, en su despacho ministerial.
Aun recuerdo su semblante sereno, pensativo, quizás triste, como lo veía desde un mes atrás. Yo feliz con mi peseta, que decidí guardar pues estaba ahorrando todas las pesetas, así es que me fui al colegio sin dinero para comprar en los recreos, sin imaginar que era la última vez que vería a mi padre y que era el último beso y la última peseta que me daba, por cierto, esa moneda la mandé hacer como "dije", pero unos meses después lo perdí en el rancho del mar.

Ese día, no recuerdo por que razón, yo tenía una cita para hablar con la Madre Superiora.  Me imagino que por mi buen comportamiento en esos primeros meses (jajajjaj nada que me había propuesto portarme mal para que me echaran del colegio).   Cuando llegué me senté en la sala de espera, y de repente, llegó  mi hermana Ana Celina. Y pensé : ¿por que la llamaron? si no he hecho nada grave.  Al rato llegó, si no mal recuerdo, mi tía Chusita, que daba clases allí.

Entramos a la dirección y Sor Scarlietti (o como se escriba) comenzó a hablar. Juro que no entendía porque hablaba de esa forma, pidiéndonos que tuviéramos calma, y no se que más.  De repente nos dijo que mi papá había tenido un accidente y que mi tía nos llevaría a la casa.  Yo comencé a llorar, y a llorar y le decía a Dios: ¿por quéeeeeeeeeeee? si yo te pedí que lo cuidaras.  Ana Celina lloraba.  Todas lloramos!  Eran pasadas las 8:30 am.  Al llegar encontramos gente de negro, blanco, gris.... gente de todo tipo, como siempre había en la casa. todos lloraban y entendí que mi padre había muerto.  Vi a mi mami en su cuarto, llorando desgarradoramente.  No recuerdo si nos abrazó, pero creo que no lo hizo, solo trato de mostrarse fuerte y en control.
Casi de inmediato mi mami, trato de calmarse, y alguien nos dio una pastilla.  Era una pesadilla, todo era dolor, gritos de lamento, era horrible el panorama.

Fueron días que parecieron meses.  En el velorio que se desarrolló en la Casa Comunal de la colonia, (la que mi padre, cuando fue alcalde había mandado a construir), desfilaban tantas personas.  Su motorista y amigo, Fabio Rivas, fue velado allí al lado de mi padre. Nunca voy a olvidar ese beso en su frente, estando en el ataúd.
Recuerdo que nos dijeron que debíamos vestir de color verde, porque mi padre lo había pedido, mostrando que él era un demócrata y un cristiano.  Eso quedo marcado en mi mente.

Al entierro fueron miles de personas... recuerdo que caminaban a un lado y otro de la calle hasta llegar al Cementerio General.  Allí mi mami y mis hermanos y yo  estábamos regados. No recuerdo que estuviéramos juntos.  Los mariachis sonaban con la canción El ausente, El Rey y las Golondrinas.
Cierro mis ojos y recuerdo a mis primos, tíos, señoras de los mercados, a algunos del gabinete de Gobierno. En fin, a mucha gente que amaba y respetaba a mi papi. Y mis amigas de la Sagrada Familia que estuvieron conmigo en esos días, son inolvidables y las  he llevado en mi corazón.
Cuando metieron el ataúd en la cripta y empezaron a tirar la tierra sentí que se llevaban a lo más grande de mi vida..... a mi héroe a mi padre.

Fue hasta uno o dos días después de su muerte que nos enteramos por la televisión que mi papá había sido acribillado presuntamente  por un comando urbano de las FPL.  Había recibido ráfagas de disparos, su camioneta destruida por las balas, su motorista muerto en el asiento delantero y él en el asiento de atrás acribillado.  La emboscada fue en esa calle que era conocida como la "Calle la culebra" frente a las bombas del ISSS. (hoy en la esquina opuesta de la Univ. Alberto Masferrer sobre la Juan Pablo II). Que por cierto cada vez que paso por ella, no puedo evitar recordar la foto de la cherokee verde en la que él iba.

Fue impactante para mi, y me preguntaba: ¿por qué si mi padre era bueno y ayudaba a la gente necesitada?. ¿por qué si el buscaba el bien del país, de los maestros, de todos?, ¿por qué mataban al que la gente ya empezaba a proclamar como el próximo presidente?  Nunca hubo respuesta. Nadie la tenía, nadie entendía.

Creo que  mi familia nuclear quedo allí. Cada quien comenzó por su lado. Mi madre de apenas 42 años, con cinco hijos de 5 a 17 años, sumida en depresión, tratando de ser fuerte y salir adelante por nosotros.  En esos días, Ana Celina se fue a vivir a la casa de los Burgos, Carlos se fue donde mi tío Oscar, pero Maritza, Susy y yo nos quedamos en la casa. Mi abuelita Mina, siempre cerca de nosotros.  Yo prácticamente me acerque a Susy y Maritza con sus cosas y amistades.  No entendía porque los sentía tan alejados a todos, y yo necesitaba un abrazo una palabra de aliento.

Un día la Sra. de Ester de Ayala, quien era la secretaria de mi padre, contó que mi padre había aceptado a Cristo, como un mes antes de morir.  Relató como un día, el hno. Juan Bueno, había visitado su oficina y le  habia compartido de Jesús.  Como eramos católicos, nos molestamos y dijimos que mi papi no podía haber traicionado su religión.  Así es que yo ya no quise ir a los momentos de oración que había en la casa.

Pasaron los años, y llegaron a mis oídos otras teorías no comprobables, de quien había matado a mi padre.  Entré a la Universidad, y mi propósito era estudiar Relaciones Internacionales, porque me gustaba, pero también pensaba que  un día, tendría la oportunidad de tener poder político y buscar a los verdaderos asesinos de mi padre y que pagaran por eso. Confieso que tuve mucho resentimiento en mi corazón.
Ana Celina aceptó a Jesús en su corazón en el 81, si no mal recuerdo, y ella comenzó a dar amor, aunque fue rechazada al principio por su nueva religión, su amor, constancia y oración fue permeando nuestras vidas.  Un día 14 de julio del 85 yo recibí a Jesús y mi vida comenzó a cambiar, sobre todo a perdonar.
Durante muchos años, cada 23 de mayo yo entraba en una depresión y tristeza profunda.  Estuviera donde estuviera, yo lloraba por dolor.  En los momentos más importantes de mi vida, no contaba con él.

Pero no fue algo de la noche a la mañana. Fue un proceso que duro varios años. Al hacerme cristiana , si se fue el deseo de venganza, pero el dolor de haber perdido a mi padre no se iba. Aun había resentimiento.
No fue hasta el año 2004 cuando fui a un retiro, que Dios tocó mi corazón y me hizo reconocer que aun no había perdonado, aún dolía su ausencia y la forma en que lo asesinaron.   Ese día le dije que perdonaba a quien haya sido, y que en mi corazón no albergaría odio ni rencor contra nadie.  Sentí que mi vida se liberó por completo.
Hasta ese día, jamás había tenido contacto con gente mencionadas en las tres versiones que me habían contando.
Pero sentía y creía que ya no importaba quien lo mató, pues yo estaba perdonando por completo. Logré interiorizar que no debía tener rencor, porque era lo que dañaba mi vida, aun afectando mis relaciones interpersonales. Y no valía la pena albergar odio contra alguien que me daño y que no se quien fue. Muchos decían también que habían sido los de un grupo del PDC, otros me aseguraron que fueron los Escuadrones de la muerte.   Lo que si se es que no hubo una bandera, solo una emisora de radio dijo que habían sido los de la FPL y esa versión fue tomada como cierta.   Pudo haber sido Cayetano Carpio en venganza por la muerte de su hija, pudo haber sido la derecha de entonces, al considerar que en el gobierno de entonces había un "infiltrado aliado de la gente necesitada" y aun sus enemigos políticos, para evitar que un día fuera presidente. Pero quien haya sido, ya había dado o daría cuenta ante la Justicia de Dios, que jamás falla.  Decidí obedecer a Dios y perdonar.

De alguna forma pienso que Dios fue moviéndome de mi casa con un propósito.  En el 2005 nos fuimos a vivir a Nejapa, junto a Saúl, mi ex esposo.  Y no fue hasta en el 2007 que involucrada en la Directiva de la colonia, conocí a gente que estuvo en grupos guerrilleros y en especial a gente de las ex FPL.   Fue impactante, pues me sentía nerviosa, y al hablar con una señora, me contó muchas experiencias vividas en esa zona.  Historias de muertes de civiles por parte del ejercito.  NO recuerdo si ella o alguien conocida de ella, vio como mataron a su familia y como violaron a otras personas, salvándose de eso, siendo ella una niña.  El oír eso de primera mano, me hizo pensar: yo sufrí, mi familia sufrió y fue marcada por la muerte de mi papi, pero bendito sea Dios, que no fuimos violadas, secuestradas, aun teníamos a mi mami.... entendí más que nunca, que la guerra no solo nos había marcado a nosotros.  Es decir, si lo sabía intelectualmente, pero en mi corazón no lo había asimilado.

Estos primeros contactos con gente ex guerrillera, me hicieron ver que en mi corazón ya no había rencor ni odio para nadie.  Y comprendí que tanto ellos, sus familias y otras personas no involucradas directamente, como nosotros eramos humanos que sufrimos por una guerra que no debió darse y que trajo tanto dolor a nuestra patria. Realmente conocerles trajo liberación a mi alma.  Fue impactante oír de alguno de ellos, decir que mientras estaban en las montañas, nunca entendieron por qué razón  o quien lo había asesinado,  pues lo consideraban el mejor elemento del gobierno de turno y como alguien que si estaba luchando por el bienestar del pueblo, desde su posición.

Recuerdo que  un día con mi mami vimos a un ex guerrillero de las FPL, predicando en la tele, yo le pedí a Dios que me pusiera cerca de quienes habían matado a mi papi.
Pasaron unos dos años, y Dios me llevó al mundo de la política... y allí he tenido contacto aun con esas personas que también habían sido señaladas como los posibles autores del asesinato de mi padre.
Siempre analice que las 3 opciones eran razonables-  Pero ahora ya no importa quien fue. En mi corazón hubo perdón de verdad. He podido comprobar que Dios si trajo perdón a mi corazón, y aunque nadie pida perdón por esa muerte, yo , ya he perdonado.  Se que hay mucha gente que no me entiende y hasta se ha enojado conmigo e insultado, pero, ni yo me entiendo, solo se que el amor de Dios fue que hizo que en mi corazón haya un verdadero perdón y no guarde más rencor.

Este miércoles 23 de mayo se están cumpliendo 33 años de la muerte de mi padre y su motorista.  Sin duda, su muerte me causó dolor, pero su vida me da la pasión de tratar de imitarlo en su famosa frase: El amor de Dios, el amor a la patria y el respeto a las ideas de los hombres, es el único camino para construir una sociedad más justa y más humana.

Solo el amor de Dios hizo que mi familia saliera adelante. El fue nuestro padre y el esposo de mi madre. Y pudimos ver su provisión en todo. Jamás nos faltó nada, jamás nos fuimos de nuestro país porque mi mami confiaba en su cuidado divino.  No recibimos grandes herencias, más que el legado de honradez y amor y servicio a su Patria, y el orgullo de caminar en cualquier lado con la cabeza en alto, pues nadie puede señalar o decir que mi padre fue corrupto o mala gente.

Fuimos creciendo y Dios nos fue llevando a sus pies uno a uno para  servirle con amor. Creo que si mi padre no hubiera muerto entonces, hoy nosotros no serviríamos a Nuestro Padre celestial.

¡Dios fue nuestro amparo y fortaleza! y en mi caso, liberada de todo odio, Dios me llevó a la política para servirle allí, e imitar a mi padre, quien fue un cristiano de verdad y un verdadero practicante de la democracia.

¡Gracias Dios por la vida de mi papi! Gracias porque ha sido un ejemplo como  hombre, amigo, esposo, padre, hermano, político y como un hijo y servidor tuyo.

¡Gracias por bendecirme con su vida! y por su muerte! pues ambas fueron una semilla para la democracia en nuestro país.

¡Gracias Dios por los valores que mi papá nos enseñó en vida! Valores como el amo a Dios, a la patria, a la gente, la solidaridad, honestidad, servicio, sacrificio, amistad, alegría, opción por los necesitados, respeto a todos sin distinción de clase social, y otros semejantes.

¡Gracias porque a pesar de los temores  e incertidumbre que en mi vida ocasionó su partida, Tú me diste aliento para salir adelante con fuerza y valor en el camino que me has trazado!

¡Gracias porque cuando me sentía sola y abandonada, Tú me mostrabas de muchas formas que estabas conmigo!

¡Gracias por la madre que me diste! pues solo con tu ayuda  y por su carácter de gran mujer, pudo salir adelante con 5 hijos a los que ha defendido como fiera, con amor y abnegación!

Bendito seas Dios!



Alicia Herrera Rebollo
22 de mayo de 2012.

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