Tenía días de no escribir, pero me he
decidido hacerlo por algo que leí ayer y que me hizo recordar una conversación
por WhatsApp de hace unos días, que me hizo reflexionar instantáneamente, pero
lo he meditado en este tiempo.
Alguien a quien quiero mucho que vive afuera del país, me dijo..
- “Te deberías venir a este país... y quien sabe si aquí conozcas a alguien y así REHACES TU VIDA”.
Mi respuesta literal fue:
- hey... “si yo ya la rehice”,
a lo que respondió:
-“¿de verdad?, y ¿con quién?, ¿con fulanito?...
Me reí con el clásico “jajajajaja”
le repliqué:
-“No, con nadie, yo misma, mi vida realmente no ha estado destruida, o si acaso, la rehago yo sola.... no necesito a nadie, a mi lado, para vivirla. Con Dios tengo suficiente. Y aunque confieso que a veces quisiera amar y ser amada, con todo y como Dios manda, y no según el criterio del mundo, en la vida voy haciendo lo que creo que debo hacer”.
Me volvió a decir más o menos esto:
-Tenés razón... a veces es mejor estar sin nadie y hacer la voluntad de Dios, sin más implicaciones o afectando a otras personas con nuestras decisiones.
El día de ayer... leí a una amiga, un
poquito mayor que yo, y decía algo así como: Reconstruir mi corazón....
Reorganizar mi vida... Una y otra vez, para que siempre algo salga mal.
Ya varias le habían escrito animándola, muy
buenos mensajes, por cierto, pero mi respuesta fue: Tú no necesitas
"reconstruir" o "rehacer* tu vida. La tenés hecha y las
experiencias sólo te ayudan a crecer. y por otro lado no necesitas a nadie para
caminar. tu vida está bien hecha.... no estás destruida, aunque tal vez te
sientas así.... Dios está contigo y es todo lo que realmente necesitas.
Y en este concepto de REHACER O RECONSTRUIR
una vida, es en lo que me quiero detener. No sé a qué se refería mi amiga
exactamente con sus palabras, pero lo que me dijeron, esa expresión de ella y
tantas veces que he escuchado las mismas palabras, después que alguien enviuda,
se divorcia o se separa de su pareja... me han hecho reflexionar en lo que le
dije.
Cuando una mujer o un hombre se separa, se
divorcia o enviuda, su vida, aunque parezca destruida, no lo está, solo cambia
y el cambio, aunque duela profundo y nos haga pasar los peores momentos, son
necesarios y nos ayudan a crecer. Tal vez nos sentimos como si todo se
derrumbara dentro de nosotros, como dice aquella canción, o creamos que no
podremos vivir sin esa persona a la que amábamos o queríamos a nuestro lado,
lloramos, nos sentimos heridas, sufrimos un tiempo, nos sentimos de lo peor,
pero realmente, nuestras vidas DESTRUIDAS NO HAN QUEDADO, entonces no tenemos por
qué reconstruir lo que no está destruido. Muchas veces, quedamos mejor, porque
emocionalmente empezamos a tener más paz y manejamos nuestra vida de mejor
manera. Crecemos, maduramos, cambiamos el rumbo, nos reorganizamos, y seguimos
caminando de frente al sol. Y es que cuando nos apropiamos de las verdades
bíblicas, esto cobra sentido, como por ejemplo esta:
“Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.”2 Corintios 4:8-10
Ya debería pasar el tiempo en que tanto
mujeres como hombres, crean que una vida se destruye por estos factores.
Lamentablemente aún hay vestigios de personas que reproducen este MHM que
impone un patrón de conducta y status social, al ver a la mujer solamente realizada
junto a un hombre. Y como dije hace unos años, en otro escrito, muchos hasta
dicen: pobrecita.. quedo sola. Noooo, no y no... jamás aceptaré que me llamen
así, o que llamen a otra mujer, de esa forma... Si Dios, en su voluntad
permisiva, dejó que pasáramos por circunstancias en la vida en la que estamos
“solas” más no en soledad, es por un propósito personal para cada una, o para
cada uno. No es con una pareja que encontramos una máxima realización, aunque
talvez tengamos vocación y /0 deseo de amar, cuidar y compartir con una persona
en especial, nuestra vida no debe depender de esa pareja, ni mucho menos creer
que en esa pareja ya “la hicimos”, “ya nos realizamos”.
Siempre he creído que en mi vida, Dios ha ido permitiendo cosas lindas y no tan lindas, alegres y dolorosas, para acercarme a él. Recuerdo una vez, hace algunos años, que mi madre me dijo: si idolatras a tu esposo, Dios lo va apartar de tu lado. Y definitivamente es así, lo que me hace pensar y creer: mi máxima realización como mujer no me la da el concepto de ser “esposa”, “novia”, “pareja” de un hombre. Y no tengo que poner a nadie antes que a Dios, para poder ser feliz. La mayor realización en la vida de una mujer, y bueno, de un hombre, no es por quien tiene a su lado, aunque esta persona brinde tantas cosas buenas , sino en la realización de la voluntad de Dios, está en desarrollar los talentos y los dones que Él nos ha dado, o realizar el llamado y el propósito de nuestra presencia en este mundo. Si hay una persona o no a nuestro lado, no es lo esencial, aunque te pueda ayudar a desarrollarte y ayudarte a volar, acompañando en el vuelo. Para ser feliz, no es necesario estar con alguien, pero compartir con alguien esa felicidad.
¿Puedo decir a esa persona: Tú no eres mi felicidad, pero comparto contigo la
felicidad de ser y vivir porque también eres feliz? Si puedes decirlo:
entonces, estás creciendo.
Insisto, mi vida nunca ha estado destruida,
no tengo porque rehacerla... puedo construir con mi ser, tantas cosas, con
tanta pasión y amor, para dejar huella en este mundo. Estoy convencida que Dios
y yo somos mayoría, que es en Él y en su voluntad que mi vida tiene sentido, y
es quien sana mis heridas, llena los vacíos, y me lleva por un sendero de luz,
hacia mi mayor realización.
Si en el futuro cercano, Dios pone a
alguien a mi lado para juntos realizar algo para la Gloria de Su Nombre, es
otra cosa, un regalo sí, pero no algo esencialmente buscado o necesario, en la
vida. Aquellos que tienen pareja estable, es porque Dios sabe que juntos
realizarán la obra para lo cual El los ha llamado, y no hablo solamente a los
evangélicos, sino a todos y todas, pues tienen un propósito de vida en esta
tierra. Porque como dice su Palabra: “Mejores son dos que uno” (Eclesiastés
4:9)
Estas son solo unas reflexiones
iniciales...y hay mucho que decir,....
Alicia Herrera Rebollo
23 de marzo de 2016
No hay comentarios.:
Publicar un comentario