Translate

lunes, 8 de mayo de 2023

Recordemos la historia, para cambiar la vida

 


Leyendo el libro de Nehemías, que dicho sea de paso,  es uno de mis libros favoritos de la Biblia, llego al capítulo 9 y encuentro que en un día específico, Esdras leyó las Escrituras y después comenzó a tocar cada pico importante de la historia de Israel.  Pasaron un cuarto del día leyendo y meditando en como a pesar de la desobediencia y necedad del pueblo a través de la historia, Dios siempre fue misericordioso, fiel, cuidadoso, amoroso, proveedor, perdonador, tolerante, guiador, y muchas cosas más.

No quiero mencionar cada pecado o necedad del pueblo, sino exaltar a Dios y traer a cuentas que así como la historia de Israel se puede recordar para mover a un cambio de actitud personal y nacional, nosotros, los creyentes debemos ver hacia atrás, y recordar como Dios ha sido con nosotros a pesar de nuestra infidelidad hacia Él, e incluso ver la historia de otros para comprobar que Dios siempre es fiel, porque es fiel a sus pactos, a su esencia de Dios, amoroso y misericordioso.

Me pregunto y no comprendo cómo es el amor de Dios tan grande.  Pero también me digo: "¿Cómo es posible que seamos tan ingratos y no tener la vida que El desea para nosotros? Una vida de santidad, de alejamiento de pecado, de entrega a Él.  Francamente somos ingratos, somos infieles, somos lo peor. Pero grande es El, que nos hace recapacitar en su Palabra sobre nuestro actuar.

 A veces nos justificamos y racionalizamos nuestro pecado, diciendo: "somos humanos", "todos pecamos", " soy débil", "no hay que ser tan cuadrados", "seamos libres", "Dios quiere que sea feliz",  y cosas semejantes.  Es cierto todo esto, pero no es válido que pequemos a diario y a conciencia.  Dios quiere que tengamos una vida libre y feliz. Libre para decir NO al pecado y SI a la santidad; feliz, para disfrutar sus maravillas;  libre, para adorarle no para insultarle en la cara; feliz, teniendo plena comunión y comunicación con El.   NO, no es justo que abofeteemos a nuestro Dios con nuestro pecado.  No es para aprovecharnos de su misericordia.  Como dice el Nuevo Testamento, en Romanos 6:1-2: 

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

Por eso invito a todo aquel creyente en Cristo a que no perseveremos en el pecado, ni estemos jugando en nuestra vida a pecar y ser perdonado, pecar y ser perdonado. Dios no merece esta actitud.  Si bien es cierto que nos perdona, no sigamos con estas prácticas.  Aunque Él no se cansa de perdonar, nuestros pecados y sus consecuencias nos alcanzarán, trayendo miseria a nuestra vida.  NO nos jactemos de que aún estamos bien, a pesar de que pecamos con conciencia.

El pueblo de Israel, también llegó a la convicción de que debían pedir perdón por sus pecados y Esdras lo hace a nivel nacional, pide perdón por los pecados de todo Israel como nación. Después de eso alabaron a Dios todos juntos.  En el capítulo 10 hace un pacto con Dios, para dejar muchas prácticas pecaminosas, no solo a nivel personal, sino a  nivel nacional o social.

Volvamos nuestros rostros a Dios  y paremos nuestra práctica pecaminosa, pongámonos a cuenta con Dios y valoremos su amor y misericordia, al menos tratando de no pecar como estilo de vida.

Dios nos tiene en sus manos y por sus misericordias no hemos sido consumidos.  Volvamos a ver nuestra historia, y la de Israel y comprobemos que Dios ha sido fiel y que si le amamos, al menos debemos cada día serle fieles a Él. Recordemos la historia como lección para un cambio radical en nuestras vidas.  No tenemos por qué repetir una historia de pecado, más si de obediencia y alabanza a Dios.  Y veamos si nuestro futuro no es diferente. Vive tu presente aprendiendo de las lecciones del pasado para que tu futuro sea mejor. 


Alicia Herrera Rebollo

4 de septiembre de 2012

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario