Translate

viernes, 12 de mayo de 2023

Hablemos de Ética. La Ética en la Época Antigua (450−120 A.C.)

 Introducción

La historia de la ética inicia en la era de los griegos con Sócrates y los Sofistas (470 a.C.). En el recorrer del tiempo la ética ha evolucionado paulatinamente hasta nuestra era. Es importante echar un vistazo atrás, a la historia, interpretando los diferentes contextos en que la ética se ha ido refinando hasta llegar a ser la ciencia de lo moral que hoy conocemos, para observar cómo diferentes hombres han aportado con sus ideas a esta materia y cómo se han llegado a formular los sistemas éticos que están rigiendo la moral de nuestro mundo. A continuación, haremos un recorrido haciendo cuatro grandes escalas en la historia: la antigüedad, el medioevo, la modernidad y la era posmoderna. Vale aclarar que no se pretende ser exhaustivo, solo se presentarán los aportes más sobresalientes de las ideas y de los protagonistas de la historia de la ética. Veremos cómo hay un hilo conductor y a la vez un desarrollo en los énfasis de cada época.


3.1. La Ética en la Época Antigua (450−120 A.C.)



A. Los sofistas (450-400 a.C.)

El más sobresaliente de los sofistas fue tal vez Protágoras de Adbera (480-410 a.C.) quien promueve el relativismo, es decir que la verdad es relativa, que depende de la opinión siempre cambiante y circunstancial.

En general, puede decirse que los sofistas niegan la existencia de las verdades absolutas: "nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira" (¿No es esta una verdad absoluta?).

Decían que cada tiempo, generación y hombre tiene su verdad. Así que está condicionada a circunstancias filosóficas, políticas, económicas y culturales. Las normas morales no son absolutas, pues cada hombre decide su moral. Hay tantas normas morales como hombres existan.

 

B. Sócrates de Atenas (469-399 a.C.)

Sócrates es reconocido como el fundador de la Ética. Este filósofo ateniense perteneció a una familia pobre, hijo de Sofronisco, un agricultor, y de Fenarete, partera. Sócrates afirma que heredó el oficio de sus padres, pues se considera como un "escultor de hombres" y "un partero del alma" (porque ayudaba a los hombres a parir las ideas verdaderas). De este personaje no tenemos ningún escrito porque en esa época los atenienses no escribían libros.

Nuestro hombre evaluaba y avergonzaba a los sofistas, de hecho, siempre estuvo en desacuerdo con ellos, por comercializar la enseñanza. Fue así como ellos, en el año 399 a.C. lo denunciaron ante el estado acusándolo de dos cosas: 1) pervertir a los jóvenes con sus enseñanzas, y; 2) de impiedad por enseñar contra la mitología de los dioses afirmando que había un ser superior, aunque no se refería exactamente al Dios de los hebreos y cristianos.

Se le hizo un juicio planeado y distorsionado y se le condenó a beber la cicuta (planta umbelífera venenosa, parecida al perejil).

Las enseñanzas de Sócrates fueron transmitidas a la posteridad por sus discípulos Jefononte y Platón.

El pensamiento socrático descansa en dos divisas fundamentales:

  • "Conócete a ti mismo" (nosce te ipsum); esta frase entraña un antropologismo general, es decir que es verdadero lo que parece a todos verdadero. Según Sócrates, el fin último de la enseñanza es la educación moral del hombre. La tarea del maestro debe ser llevar al hombre a conocerse a sí mismo, esto consiste en que cada uno encuentre su vocación (llamada) para lo que ha nacido. Esta información viene en el intelecto y hay que sacarla por medio de la mayéutica (preguntas para hacer parir las ideas, aunque esto fue más desarrollado por Platón). Para Sócrates solo los intelectuales pueden hacer el bien.
  • "Sólo sé que no sé nada" con esta frase Sócrates rechaza las doctrinas cosmológicas de los antiguos jónicos mostrando desinterés en ellas, a la vez admitía que la verdadera ciencia, además de hacer sabio al hombre, lo hace humilde porque reconoce lo que queda por aprender. 

La Ética de Sócrates es eudemonista porque propone la felicidad como el bien mayor del hombre, la cual se logra con la práctica de la virtud. En este sentido, su Ética es sumamente racionalista porque considera que el recto conocimiento de las cosas lleva al hombre a vivir moralmente. El conocimiento conlleva la virtud; quien sabe lo que es bueno también lo lleva a cabo. El hombre sabio es asimismo el hombre virtuoso; el vicio es ignorancia, error intelectual. No se puede conocer el bien y obrar el mal. Sólo el conocimiento es la única condición que convierte al hombre en un ser normalmente bueno. 

Después de la muerte de Sócrates aparecieron los "socráticos menores" representados por los cirenaicos y los cínicos. Los socráticos menores empezaron a hablar de salvación a través de la moral. Sobresalen los cínicos por su rechazo a la civilización y al orden social. Ellos preferían adoptar una vida sencilla y ascética dándole virtud a la austeridad y a la ausencia de placeres artificiales. Su máximo representante, Antístenes (llamado el "Sócrates loco") consideraba que el placer es un mal; aconseja actuar de acuerdo a la naturaleza, es decir conforme a la razón. Por eso es preciso alejarse de la civilización porque ésta es artificiosa y opuesta al orden natural. La ética cínica exigía una personalidad fuerte, capaz de independizarse realmente y vivir en austera soledad y desprecio a los bienes materiales. 

Por su parte, los cirenaicos, fundada por Arístipo de Cirene, sostenían que felicidad consiste en la serenidad del ánimo al disfrutar lo placentero. El último bien del hombre es el logro de lo placentero; pero es necesario poseer y no ser poseído por el placer. El orgullo del cirenaico es sentirse amo y no juguete de los placeres aclarando que: "es cirenaico, aunque lo ignore, todo el que se jacta de beber indefinidamente sin que se le suba a la cabeza. Anacarsis, el viejo escita, dijo que la vida tiene tres racimos: el primero de alegría, de embriaguez el segundo y de indisposición el tercero. El cirenaico solo pretende conocer el primer estado, por muchos que fueren los racimos" (Reyes Alfonso. La Filosofía Helenístico-Romana. Citado por Gustavo Escobar, Ética, Ed. Mc Graw Hil, 1992, pág. 170).



Sócrates, de quien fue discípulo por 20 años y de quien recibió gran influencia para su vida y doctrinas. Estaba en el exilio cuando murió su maestro. Su predilección era la literatura, la enseñanza sistemática y la contemplación filosófica. Durante los últimos cuarenta años de su vida enseñó en jardines de Academus fuera de Atenas que se le llamó Academia, que duró hasta el año 529 d. C. Produjo unas 25 obras, casi todas en forma de diálogo, frecuentemente teniendo a Sócrates como un participante principal. Entre sus obras más reconocidas están: Apología, en donde describe detalles de la muerte de Sócrates narrada por Licímaco; Fedro, La República, Timeo, Las Leyes, Crisitas, El político y La Teoría de las ideas, entre otras. Platón es uno de los personajes más influyentes en el concierto filosófico.

C. Platón (427-347 a.C) 

Platón nació en Atenas. Su verdadero nombre es Aristocles. "Platón" es un apodo que significa "el de anchas espaldas". Procedía de una familia aristocrática y tuvo una excelente educación.



 A los 18 años se unió al círculo de Platón quería dar a la teoría de la conducta una base inquebrantable en donde la moral se fundamenta en objetos incorruptibles e inmutables del mundo de las ideas. Pero ¿cómo conocer aquellos ideales abstractos y absolutos? Platón responde con su mito de la reminiscencia, según el cual el hombre en una época remota era de naturaleza inmaterial, un alma que habitaba en el Topos Uranus, en una relación directa con las ideas. Debido a un pecado, el alma fue arrojada (¿por Zeus?) del Topos Uranus y condenada a vivir en la cárcel del cuerpo; sin embargo, el alma, cuando ve las cosas buenas y bellas, recuerda su vida pasada, "conocer es recordar". Es aquí donde se usa el método llamado mayéutica o socrático, de hacer parir las ideas del alma mediante las preguntas y la contemplación filosófica. En Platón la Ética y la Política van estrechamente ligadas. La política viene a ser una ciencia de educación a los hombres en común mediante la cual se ha de formar una ciudad (polis) perfecta sin tomar en cuenta las imperfecciones y vicios de las ciudades existentes.


La ética de Platón es sumamente idealista por su concepción de dos mundos contrapuestos, el de las ideas y el de los fenómenos.


D. Aristóteles (384-322 a. C.) 

Aristóteles Nació en Estagira, Macedonia. Fue discípulo de Platón durante cerca de 20 años, pero más racional y menos abstracto. Es el sistematizador del saber griego existente de su época y fundador de la lógica. Aunque conoció abundantemente el pensamiento de su maestro, Aristóteles no estuvo totalmente de acuerdo con él. Mientras Platón era dualista, Aristóteles era realista; las ideas no pueden estar en un lugar celeste, separadas de las cosas, sino en ellas mismas, por ej. Una silla es silla aquí, no es fenómeno (apariencia) de una silla ideal de otro mundo. Las ideas no tienen sentido ni realidad sino que son parte de la existencia concreta y metafísica del hombre; en el mismo hombre existe la realidad material y la realidad espiritual. Sus tratados sobre ética son: Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo y Ética Magna. 

En su pensamiento ético establece que el Bien Supremo es el fin último, un fin en sí mismo, un bien que ya no es medio para la realización de otro bien posterior. El fin último debe ser la felicidad (eudemonismo). La felicidad es el Bien Supremo pues la felicidad no persigue otro fin. Hay bienes que persiguen el bien mayor, por ejemplo: la medicina busca la salud; el estratega, la victoria; el arquitecto la casa; pero todos estos bienes buscan la felicidad. Ahora bien, la felicidad no consiste en la vida placentera ni en la vida misma, sino en el ejercicio ininterrumpido de una vida activa contemplativa o teorética, que es superior a la vida de los placeres y a la vida política que busca honores.


Sin embargo, "una sola golondrina no hace verano", no se puede hablar de felicidad si hay virtudes ausentes. La virtud es un extremo a la excelencia que media entre dos vicios, el uno por exceso, y el otro por defecto (Teoría del medio justo), por ejemplo:


Principios:



E. Helenistas (s. IV-II)

a. Marco histórico




b. Las principales escuelas helenísticas: 

b.1. Estoicismo 

Esta corriente fue fundada por Zenón de Citio (366-264 a. C.) en Atenas. El nombre estoicismo viene del griego ―stoa‖ que significa pórtico pues en el pórtico de las pinturas fundó su escuela Zenón.

En la ética estoica se encuentra un idealismo ético ya que el fin último de la vida es la virtud (la razón). Lo único que tiene el hombre que no se le puede dar ni quitar es la razón por eso es un animal racional. El estoico cae en un fatalismo pues todo está determinado a llegar a un mal que traerá un nuevo universo (Teoría del eterno retorno). El estoicismo rechaza el hedonismo y se aferra a la virtud y a la apatía para controlar los apetitos y pasiones. El fiel estoico debe ser como una roca aislada en medio de un mar agitado. 

Los estoicos más radicales creían que el sufrimiento era un camino para la perfección. Influye en los Helenistas y en los romanos más tarde.



b.2. Epicureísmo 

El nombre Epicureísmo viene del fundador de este movimiento Epicuro de Samos (342-270 a.C.); Epicuro significa "el auxiliador". Epicuro era un hombre intachable, dulce y paciente hasta que murió de parálisis; siendo maestro fundó una escuela a la que llamó "el jardín" que, a diferencia de la Academia (Platón) y del Liceo (Aristóteles), se sostenía pobremente por donativos modestos.

La ética de Epicuro presenta un eudemonismo hedonista, considera que el placer es el medio que permite alcanzar la felicidad, último bien del hombre (No debe confundirse este hedonismo con el sadismo de Alphonse Francois marqués de Sade (1740-1814) que consiste en que el individuo encuentra el placer provocando el sufrimiento en otros sujetos; tampoco debe confundirse con el hedonismo de Jeremías Benthan (1748-1832) donde se busca el placer mediante la satisfacción de todos los apetitos del cuerpo y del alma dando luz roja al desenfreno). Al igual que los cirenaicos, Epicuro define el placer como la ausencia de dolor.

Ahora bien para evitar el dolor deben buscarse los placeres elementales y no desenfrenados. Según su hedonismo, Epicuro establece una clasificación de los placeres: naturales y necesarios, como comer y beber moderadamente; naturales pero no necesarios, como preferir comer mango en lugar de piña; ni naturales ni necesarios, como la ambición y la sensualidad que son fuentes de mal.

Epicuro afirmaba que los dioses son indiferentes a lo que sucede entre los seres humano por eso no se debe ser religioso, pues la religión transmite sentido de culpa de la que hay que ser liberado. No debe temerse tampoco a la muerte porque ésta todavía no es, y cuando llega, nosotros ya no somos; temerle a ella es un estorbo a la felicidad. Además, se enfatiza el individualismo porque al epicureísmo sólo le interesa el bien personal y es indiferente a los problemas sociales, por ejemplo, el matrimonio es un obstáculo porque sólo trae problemas.





Notas de la Cátedra de Ética
Alicia Herrera Rebollo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario